18 jul 2021

Mi Escuela

 Me gusta mucho cuando pienso una temática para uno de mis post, y según pasa el tiempo hasta que lo escribo va evolucionando en mi cabeza.

Hoy, diría que casi después de un par de meses, voy a lanzarme y a escribir sobre “Las Escuelas en el BDSM”

No, no os voy a meter un post de teoría, porque como ya he comentado muchas veces, ha habido gente con mucho talento que lo ha hecho de una manera maravillosa y lo tenemos al alcance de todos, al menos, de esos todos con ganas de saber realmente y no de los que prefieren seguir viviendo en sus submundos irreales… (Uy, no, esto aun no va aquí… dejemos la parte critica para más adelante).

La verdad es que este post podría ser perfectamente la continuación de Puñeteros Switch. De hecho, parten del mismo sitio y estoy convencida que de haberlos escrito al mismo tiempo, el tono sería muy diferente. Pero por suerte, sobre todo para vosotros, ha ido evolucionando en este tiempo.

Creo que el primer giro surgió hace algo más de un mes en Madrid, con uno de mis sumisos (Ese... “el perfecto sumiso”  del que también he hablado por aquí en alguna ocasión.), en una de las charlas que compartimos tirados en un sofá poco cómodo, mirándonos y soltándonos lo justo. Ni el estaba de rodillas (desnudo quizás), ni yo tenía la fusta en la mano.  Ni él me trataba de Usted, ni yo a él de “puto perro”…

Si, con todas esas “extrañezas” (y muchas más que guardo para nosotros) era consciente de que al que tenía delante era a mi sumiso y que ese tiempo que compartíamos y del modo en el que lo hacíamos era tan o más necesario como el que puede ser ese otro más activo.

No nos hicieron falta formalismos, etiquetas o guiones creados para una escenificación para poder ser quienes de verdad queremos ser en ese tiempo que disfrutamos el uno junto al otro. 

 


Quizás desde fuera esa naturalidad rompe o choca con todo lo que se supone preestablecido en esos guiones que muchos creen que hay que respetar como si fuese un orden divino o te sacan a patadas de esto que llamamos BDSM, pero lo lamento, lo que yo vivo va de sentir y disfrutar, no de dejarme llevar por prólogos escritos por otros.

Claro que creo que (y lo veo una suerte en muchos casos) hay unas bases que más o menos todos compartimos, pero como decía antes, esas bases no dejan de ser un prologo de una novela que seremos nosotros mismos los encargados de escribir en función de lo que nos apetezca.

Y tenemos que ser conscientes que esas bases  llevadas de un modo extremo, llegan a ser perjudiciales para gente que comienza o incluso para quienes llevan tiempo viviendo esto y más si, como he visto, se fundamentan en argumentos equivocados y carentes de peso ni de un interés real por saber como surgieron.

Detrás de quienes se agarran a estas “normas no escritas” como si de salvavidas se tratasen, suele haber personas que esconden mucha inseguridad, incapaces de querer evolucionar por miedo a perder el poco mercado que pueden llegar a conseguir.

No me siento menos Domina, ni menos valida y aunque a muchos les pese mucho y les pueda hacer estallar el cerebro, no me siento fuera de esa Vieja Escuela que muchos veneran y por supuesto, para nada siento que lo que vivo en mis relaciones no sea D/s y si algo que algunos pretenden frivolizar  y despreciar con el término “Kinky”.

Claro, podrán decir que yo puedo sentir lo que quiera, y que estoy equivocada y quien sabe si será cierto, pero para su desgracia y hasta donde yo sé, no nos dan carnets de pertenencia a esta “asociación”, así que mi pensamiento es tan válido como cualquier otro.

Sinceramente  después del tiempo que llevo en esto, ha dejado de darme bastante igual lo que desde fuera puedan opinar de lo que hago y si quieren perder el tiempo en ponerle nombre no va a ser mi problema.

Yo me quedo con lo que veo en los ojos de cada uno de mis sumisos, con lo que hacen cada día y con todo lo que me hacen sentir cuando compartimos momentos más íntimos.

Si eso me hace más de una escuela o de otra, me es indiferente…

Me preocupa dejar de ser quien soy cuando estoy con ellos, para convertirme en  un personaje creado por una fantasía ajena y que nada sabe de lo que se comparte en una relación.

Y no voy a dejar de considerar mis relaciones como lo hago, porque a algunos les cueste entender que cualquier evolución es sana y necesaria. Incluso cambiando normas que en algún momento se pensaron inamovibles y que en cuestión de sentimientos, no hay mas patrón que quien tiene la suerte de disfrutarlos.

Si, lo mío es BDSM, es D/S, es Vieja Escuela y lo será en un sofá incomodo, en una cama mientras abrazas a tu sumiso porque le duele la barriga o en cualquier mesa de un área recreativa mientras te tomas unas galletas.

Y como dice una conocida bruja de mi Akelarre personal:

Usted es Ama o sumisa? Yo soy Isthar

Vieja o nueva escuela? Tierra media.

0 comentarios:

Publicar un comentario