3 abr 2024

Nos admiro.

En alguno de mis posts antiguos he comentado que mi relación con siervo pasó por un momento menos bueno.

No, ni complicado, ni turbio, ni malo. "Menos bueno".

Y es que si en una relación lo que acostumbra a haber es positivo, cuando llega una de esas etapas que no lo son tanto, se ven de otra forma.

Ahora, al escribir esto, eso ha quedado muy atrás.

Una de las cosas que más admiro de lo que tenemos, es que cuando algo se complica por la razón que sea, buscamos la manera de solucionarlo. Muchas veces pasa simplemente por hablarlo y exponer nuestros diferentes puntos de vista, encontrando uno común.

Pero tampoco es fácil cuando estás viviendo ese momento. Se hace extraño sentir cierto frío, y te mueves en unas arenas un tanto movedizas, tratando de no causar nada que pueda hundirte más.

Sé que lo que suelo compartir es positivo, porque no lo voy a negar, acostumbra a ser así. Y quizás parezca un poco irreal, y más después de tanto tiempo, pero la verdad, es que seguimos descubriendo cosas el uno del otro, disfrutándolas y diría que lo más importante, tenemos la convicción de querer mantenerlo cada día.

Pequeños detalles que fortalecen nuestra relación, y nos hacen sentir cerca, a pesar de la distancia que nos separa.

 

Veo que hoy en día todo es tan efímero, que me asusta. Binomios que en dos días pasan del fuego al hielo… Y que, como he dicho tantas veces, parecen necesitar más el halago del público que realmente preocuparse de que funcione.

No soy nueva en esto. Yo también he tenido fracasos, aunque no los considero como tal. Aprendizajes sí.

Personas con las que en algún momento se puso un punto final necesario, siempre después de haber sopesado muy mucho pros y contras.

Y sí, estamos en esto para disfrutar, pero también para no hacer daño, y menos a las personas con las que se supone que compartimos vínculos.

Se supone, quizás ahí está la clave que a mí me cuesta ver. Quizás muchos idealicen de una manera rápida esas conexiones que no se dan con tanta facilidad y que hay que cuidar más allá de morbos y vicio.

Implica un trabajo que no siempre es grato, al menos a corto plazo, pero que a la larga trae grandes recompensas.

Como por ejemplo, terminar este post sonriendo, pensando en esa suerte que tenemos.

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