25 feb 2024

Lo menos perfecto.

Debería estar respondiendo al último correo que me ha enviado mi sumiso. Podría hacerlo perfectamente porque a pesar de la hora, tengo bastante disponibilidad.

Sin embargo, aquí estoy, desarrollando un post.

A veces me cabrea (y no, por favor, evitad la tentación de escribirme para saber si ahora hay posibilidades de ampliar mi cuadra). Aunque es cierto que tenemos la capacidad de solucionar con relativa rapidez nuestros desencuentros, sigo con ganas de ahogarle (Y como ya le dije a él, sin fines erótico festivos).

Así que prefiero escribir, relajarme y sacar algo positivo de estas cosas.

Mi sumiso es una persona extremadamente inteligente (y no, no es “amor de Dueña”, es la realidad), tiene una capacidad asombrosa para analizar a la gente, incluso conmigo lo hace y me divierte bastante.

Pero en las cosas más simples, es un poco desastre. Es verdad que luego tiene mucha facilidad para salir “del marrón”, y, que realmente nuestros "enfados" rara vez son de una importancia tremenda que haga tambalearse los cimientos de la relación, pero con estas “obviedades” a veces llega a sacarme de quicio.

¿Necesitas un mapa, sumiso? Creo que alguna vez se lo he dicho.

Y, en ocasiones, pienso que sí. Eso o que a estas alturas y después de años de relación, no he conseguido ser lo suficientemente clara como para que ya sepa lo que espero en determinadas cosas.

(Creo que lo del mapa tiene más sentido).

 

La verdad es que mientras escribo esto, no puedo evitar reprimir una sonrisa, porque, aunque me fastidie, tengo claro que son cosas que no hace a propósito, son puro despiste.

En una relación D/s no se debe dar nada por sentando. Acomodarse y conformarse es una de las peores cosas que pueden ocurrir.

Y si algo he aprendido, es que dejar pasar estas “tonterías” termina siendo un problema a largo plazo.

A nadie le gusta ponerse serio, y menos para tener que corregir algo, pero es necesario hacerlo o se terminaran acumulando y no será beneficioso para avanzar.

No me gusta tener que “reñirle”, ni cuando se disculpa.

Y a veces, incluso con las formas en las que lo hace, se ganaría un bofetón (también sin ánimo erótico festivo).

Al final, no tenerme cerca sí que va a ser una ventaja.

Pero compensa, vaya que si lo hace. Después de una metedura de pata, tarda poco en recordarme por qué se merece el sitio que ocupa.

Aunque sea un desastre con piernas, y una bonita corbata verde, la lista de cosas positivas que aporta a mi día a día, compensa con creces a la de las negativas que se dan de vez en cuando.

Bueno, termino ya de escribir y voy a responderle… O quizás no, y le deje actualizando un rato más la bandeja de entrada.

Solo él lo sabrá.

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