7 abr 2024

Cincuenta sombras de AI.

 Como sabéis, suelo tener contenido guardado a la espera de salir en el momento adecuado.

Esto ha sucedido con este post, que ya lleva algunas semanas en la recámara y que hoy decido publicar.

Todo tiene su momento y a veces, hay que darle tiempo y distancia para poner las cosas en claro.

*****

“Porque estoy muy jodido, Anastasia. Tengo muchas más sombras que luces. Cincuenta sombras más.”

La autora de esta famosa saga, E.L. James, consideró que era una buena forma de reflejar todo lo malo que llevaba el Sr. Grey a sus espaldas y dar explicación a sus necesidades bedesemeras.

Esta que escribe, no siente ninguna culpabilidad por lo que hace (ni tampoco por haber leído y visto esta trilogía) pero en ocasiones sí por lo que siente.

Yo también tengo mis sombras. Todos las tenemos ¿verdad? Otra cosa es que nos atrevamos a reconocerlo.

Este es uno de esos posts, que escribo a modo de desahogo y que no sé si llegaré a publicarlo (estoy convencida de que sí).

No son 50, podría reducir mi lista propia a menos de media docena, pero alguna hay.

Aclararé que cuando me refiero a “sombras” lo hago pensando en todo eso que ronda a menudo por mi cabeza. Esas cosas que generan dudas en varios aspectos y con las que no estoy totalmente segura de si actúo como debo.

Suelo ser bastante resolutiva. En estos últimos tiempos, mucho más. Prefiero quitarme del medio todo aquello que no me genere una sensación de bienestar.

Así que tener dudas, y durante un periodo demasiado largo, me mantiene en una especie de alerta, con la que no me siento nada cómoda.

Tengo la suerte de contar con gente en la que confío y con la que comentar todo lo que me ronda, pero en el fondo, hay cosas que sentimos demasiado personales y si contamos, es hasta cierto punto.

Creo mucho en mi instinto. Suelo dejarme llevar por él, pero hay ocasiones en las que algo parece frenarlo, sujetarlo con una gran cadena que no me deja avanzar en ninguna dirección…

Y llego a “odiarme” a mí misma.

Ya no solo por esa desagradable sensación propia, sino también porque implica a otras personas.

Siempre digo que me encantaría tener un botón de “off” para decidir cuándo y cuanto quiero dedicarle a algo, pero tristemente no es posible.

Así que hay sombras que me acompañan a diario. Trato de actuar de la forma más correcta, sin embargo, a veces, creo que no lo hago del todo.

Podría simplemente abrirme y soltar lo que llevo dentro, pero hay cargas que considero que son solo mías.

Ya sabéis por qué me han quitado el carnet de la buena “Dómina”. Siento, padezco y dudo…

Y, además, a menudo.

Probablemente, no se entienda mucho de lo que acabo de escribir. Seguramente solo quien tengo más cerca pueda hacerlo y no sé tampoco si del todo.

No obstante, aquí está.

Para mí el BDSM no supone ningún trauma, pero sí una responsabilidad. Una bien grande, además.

Así que intento que mis pasos tengan un sentido y sean en una dirección correcta. Sé que no ocurre nada si me equivoco, que todos tenemos derecho a hacerlo, pero… no me gusta.

¿Extremadamente exigente?

Sí, uno rotundo. Cada vez más, de hecho.

Porque considero que no puede ser de otra manera. Si pido algo, tengo que dar lo mismo.

Y quizás esto tenga que ver con esas sombras.

¿Hasta qué punto estoy segura?

Vaya, pues parece que al final un post un tanto extraño, va a empezar a darme respuestas.

… Y nuevas preguntas…


 

31.03.2024

… O no. Ya no…

0 comentarios:

Publicar un comentario