5 jun 2024

Las Conjunciones extrañas.

Mi Dueña y yo nos profesamos un afecto mutuo muy intenso. Nos queremos mucho, la verdad. Hay unos sentimientos muy fuertes que nos aportan mucho a los dos y que provocan, como es natural, que estemos muy pendientes el uno del otro, muy preocupados por el bienestar del otro, muy focalizados en hacer feliz al otro. Y esto, que en mi caso no plantea ninguna dificultad, sí puede parecer algo más extraño en el caso de Mi Dueña. Cosas del rol.

Que su bienestar sea mi prioridad, es lo natural. Para algo soy su sumiso. Pero quizás ella, más que buscar una reciprocidad en ese aspecto, debería limitarse a disfrutar de lo que yo pueda ofrecerle sin preocuparse ni lo más mínimo de cómo pueda yo sentirme. Pero las cosas no son así. No al menos en nuestro caso. Y no concebimos que pudieran ser de otra manera, porque así es como son entre dos personas que se quieren.

Quizás pueda parecer difícil cómo hacer encajar afecto y BDSM. Cómo puede ser que Mi Dueña, que prioriza mi bienestar por encima de todas las cosas, coja una fusta y me ponga el culo rojo a más no poder. Cómo puede ser que me quiera tanto y, al mismo tiempo, me haga sufrir. Porque como expliqué ya en este mismo blog no hace mucho tiempo, el dolor está presente en nuestros juegos. Y es verdad, no parece que sean cosas demasiado compatibles, así que entiendo perfectamente que cueste un poco encontrar la conjunción correcta.

 

Parece de entrada que deberíamos pensar en la conjunción disyuntiva. O me quiere o me azota. Las dos no pueden ser, son contrapuestas. Porque se preocupa por mi bienestar o busca mi sufrimiento. Me trata bien o me provoca dolor. La célebre Historia de O... ¿Se refería quizás a esta "o" disyuntiva? Como si hubiera que escoger. O afecto o BDSM. Pues menudo panorama... nosotros que lo queremos todo...

Descartada la disyuntiva, podríamos acudir a la conjunción adversativa. Me quiere pero me azota. Algo hemos ganado, porque aquí ya admitimos que caben las dos posibilidades, aun admitiendo que una es contra a la otra. Hay afecto, pero también hay BDSM. Sí, de acuerdo, es mejor este "pero" que la "o" anterior, aunque plantea un problema: es como si hubiera menos afecto por el hecho de compartir prácticas BDSM. O que hubiera menos BDSM por compartir afecto. Vaya... tampoco ésta es entonces la solución.

Podríamos arriesgarnos con la conjunción copulativa. Me quiere y me azota. Hay afecto y hay BDSM. Me trata bien y me provoca dolor. Se preocupa por mi bienestar y busca mi sufrimiento. Lo uno no excluye lo otro, sino que se suma a ello, por más que la suma pueda resultar de entrada compleja. Pero se suma. Vaya si se suma. Lo digo con conocimiento de causa, porque lo he sentido. Esta conjunción, esta "y" rebelde, tiene cabida entre nosotros. Y estoy seguro que la tiene también entre muchas otras personas. 

Volviendo a Historia de O, hay un pasaje en el que advierten a O, estando en Roissy, de que con ella serán más duros porque está ahí por amor. No sé muy bien cuál era la finalidad perseguida con esa dureza adicional. No sé si querían extirpar de ella sentimientos como el afecto para ponerla frente a frente con su nueva condición. O si pensaban -y es lo que yo prefiero también pensar-- que el afecto la podría llevar más allá en el camino de la D/s. 

Siento que el afecto entre Mi Dueña y yo crece en paralelo a como crece la intensidad de nuestros juegos. Incluso de aquellos que a mí no me atraían nada, como los que tienen que ver con el dolor. Y no creo que quepa tampoco la conjunción causal: no nos queremos más porque me azote más fuerte ni, tampoco, me azota más fuerte porque nos queremos más. Simplemente, avanzamos juntos por un camino en el que compartimos muchas cosas. "Y" todas ellas buenas. Sonará extraño (o no), pero al final está muy claro que la conjunción más adecuada es simplemente la copulativa. 

el_siervo[AI]

0 comentarios:

Publicar un comentario