“… Arrastró aquel sillón al lado del radiador y mientras yo trataba de entrar en calor, decidió quedarse de rodillas a mi lado, aunque un sofá mucho más cómodo estaba situado a pocos metros…”
Supongo que aquella postura era la más adecuada para la confesión que iba a hacerme, pero creo que detrás también había algo de preocupación porque mis manos dejaran de parecer cubitos de hielo.
Diciembre 2023.
De nuevo en Valladolid. Cuantas cosas voy a tener que agradecerle siempre a esta ciudad.
Ese último encuentro de 2023 resultaba algo extraño. Era la primera vez que nos veíamos después de varios desencuentros, y con una rara sensación de frío que poco se da entre nosotros.
Ahora que lo recuerdo, de todos nuestros reencuentros, ese fue diferente. Y no solo por las bajas temperaturas de la ciudad.
Sea como sea, estar con él cerca siempre es positivo, y tenía claro que íbamos a poder resolver, al menos por el momento, aquellas diferencias de los días pasados.
Pronto volvió el calor. O el fuego, más bien.
De nuevo éramos nosotros.
Con la intensidad desbordándose, con momentazos que grabar en nuestra memoria. Con primeras veces con las que sonreír como bobos.
Otras que se repiten para recordarnos que, con poco, lo tenemos todo.
Fueron, de nuevo, dos días en los que pudimos hacer lo que quisimos. Desde lo más puramente D/s hasta lo que haría que más de uno se tirara de los pelos.
Pero así somos. Podemos tenerlo todo. Solo tenemos que quererlo y encontraremos la forma de conseguirlo.
"¡Qué no se te olvide, Joder!"
Ahora, sentada en una habitación muy diferente y a muchos kilómetros de aquel apartamento cerca de la Plaza Mayor, sonrío al recordarle apretando los dedos contra la pared, mientras le azotaba…
… El espejo de aquel baño donde me desmaquillaba sintiendo el calor de sus labios en mis pies.
… Lo grande que resultaba aquella cama en la que poco podíamos separarnos.
… La cafetería donde desayunamos el último día, aparentando una normalidad que nunca lo será entre nosotros.
… Esa última mirada…
Siempre querré volver a Valladolid, y cuando lo haga, siempre habrá un pedacito nuestro.
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