21 feb 2024

Quien nada teme...

Me hace mucha gracia cuando alguien me dice que le da miedo “salir en mi blog”.

Normalmente, este comentario viene de personas que ya han “metido la pata” alguna vez, o mejor dicho cuando he tenido que frenar en seco una actitud que no me ha gustado.

Ya he comentado que trato de ser lo más educada posible, aunque tengo mis días, y que esto suele confundirse con cercanía o interés.

Pero no, cuando alguien me interesa, dejo señales claras y concisas para hacérselo saber.

Lo más curioso de quien me comenta este miedo, es que obviamente lee mi blog o no sabría que por aquí comparto ciertas actitudes. Así que, deberían leer también esas cosas que me pueden incomodar más o que directamente no tolero.

Pero claro, he llegado a la conclusión de que hay diferentes tipos de lecturas. Una que interesa y otra que complace.

De hecho, es muy curioso que desde que no comparto relatos en mi blog, ha habido un número importante de comentaristas privados, que han dejado de hacer referencia a mi rincón, y si lo han hecho, ha sido muy de pasado, para mencionar ese contenido que echan en falta.

Y sin este interés por mis escritos, viene también el que tienen en mí como Dómina.

Paso de ser un sueño… a no ser nada.

¡Ay, esa sumisión que solo surge de la motivación central!

Yo lamento mucho haber dejado ser fuente de inspiración (No es verdad) y que mi blog ya no sea un lugar de fantasía onanística, pero que queréis, mi realidad es muchísimo más placentera.

Hablo de D/s, efectivamente. Porque es lo que me motiva, y es lo que vivo cada día con ese que también podéis leer de vez en cuando en este rincón.

Otro hecho curioso:

Generalmente, quien me ha hablado de los posts que siervo escribe, suelen ser sumisos que también tienen una relación.

Alguna excepción ha habido, claro está, pero las que menos (y de fieles lectores). Parece ser que lo que escribe tampoco provoca erecciones (salvo las mías, claro está).

 

 

La verdad es que estoy bastante contenta con mi contenido. Me hace sentir cómoda y de nuevo vuelvo a sentir que, algunas de las cosas que escribo, llegan a personas que de verdad tienen interés por aprender, por compartir o simplemente por disfrutar de la temática más allá del morbo.

Cuando empecé mi blog, hace ya siglos, era uno de mis principales retos, y después de tantos años con él, creo que se ha ido convirtiendo en un espacio muy propio y parecido a mí.

Así que, si de verdad te preocupa salir por aquí, quizás debas considerar que algo de lo que haces, no está bien.

Otro día, ya contaré qué hay de malo en todos esos “normalismos” que tocan un poco las narices cuando se reciben desde este lado.

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