*** Esto de tener contenido guardado desde hace meses es un lujazo, porque cuando lo publico, disfruto doblemente:
Del recuerdo de haberlo escrito y de lo que sucedió después: ***
Conversación telefónica con mi sumiso:
- ¿Mi Dueña, escuchas el sonido de las notificaciones cuando recibo un correo nuevo?
- Sí, claro, ¿por?
- Porque acaban de proponerme una reunión en “tal fecha y en tal sitio”.
Y se desata la locura.
Pocas veces me he alegrado tanto de que mi sumiso trabaje. Aunque extrañamente eso suponga que no estaré todo el tiempo con él.
Bueno, nosotros nos entendemos.
Siempre le había comentado que cuando fijamos una fecha para vernos, se desata algo especial. Una contrarreloj que disfruto de comienzo a fin:
La planificación,
(las ganas de usarle),
la búsqueda del sitio,
(El collar en su cuello),
Esa impaciencia porque llegue el momento,
(Tenerle entre mis brazos).
Los días que queden por medio dan igual. Ya tienen su pedacito de “eso”. El típico, “un día menos para estar a su lado”.
Creo que no se imaginaba del todo cómo era mi reacción. Pero esta vez la vivió en directo. Dicen que hay sonrisas que traspasan pantallas, estoy segura de que él se imaginaba la mía mientras me escuchaba.
A veces somos bastante “intensitos” y hacemos de cualquier oportunidad algo mejor de lo que es. La disfrutamos con la mayor de las alegrías porque sabemos reconocer la suerte que tenemos.
Fijar una fecha en un calendario, puede suponer muchas cosas. Para mí, solo una…
Saber que no podrá ser mejor.
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