1 oct 2023

Autocensura.

Recuerdo que cuando empezaba en esto, me encantaba debatir. Desde el total desconocimiento que tenía en aquella época, lo veía como una manera de conocer otros puntos de vista y aprender, para al final formarme el mío propio.

En muchas otras cosas de mi día a día, sigo siendo así. Creo que es una acción necesaria, que al margen de opiniones distintas (o a veces enfrentadas) es una buena herramienta para poder abrir la mente a ideas que no se nos tienen porque haber pasado por la cabeza.

En el aspecto más bedesemero he perdido las ganas. Es algo que reduzco a grupos y a personas muy concretas, porque no me apetece tener que leer según qué cosas.

No, no se trata de intolerancia ni de falta de respeto, pero cuando a alguien que está equivocado, se le da un argumento que muestra una verdad y sigue empeñado en defender su error, pues… se quitan las ganas.

¿Cuántas veces no habremos tenido ya el debate de que SSC, no significa Sano, Seguro y Consensuado, e incluso así hay quien a pesar de pasarle infinidad de artículos donde explican el error de traducción no cejan en su empeño?

Pues eso, “gatitos muertos a tutiplén”.

 

Sigo leyendo bastante en foros y redes sociales, y hay cosas realmente interesantes en las que no me importaría participar. A veces, cuanto veo ciertos “nombres”, deja de apetecerme.

“Uy un hilo que tiene buena pinta, pero lo escribe “X”. Esto no es casualidad”.

Efectivamente, me voy al perfil de esa persona a la que sé que “X” no puede ver y hay una publicación que ha originado ese hilo. En eso ya no hay ganas de aportar, ni de debatir si me apuras. Lo que pretende es sentenciar en contra de esa persona.

Y aunque el contenido me haya parecido interesante y hubiera dado pie a hacer alguna matización con mi punto de vista, prefiero no participar porque no me apetece meterme en “saraos”.

Dejo de expresarme y de compartir.

Autocensura, sí. Al menos pública.

Por suerte, tengo mis grupos de confianza, personas afines en las que sé que prima el respeto y no el querer tener una notoriedad a costa de criticar a nadie.

Esto me genera un sentimiento un tanto agridulce, porque sé que prima mi comodidad, pero dejo de dar esa oportunidad que a mí misma me dieron.

Menos mal que me queda mi rinconcito, y que alguno me hace saber su opinión sobre lo que planteo.

 

 *** Nota extra ***

Como ya he comentado en varias ocasiones, suelo publicar post que ya llevan algún tiempo escritos. Hasta puede que meses.

Este es uno de ellos.

En estas últimas semanas, reconozco que he ido dejándome llevar más, por lo que me apetecía que por mantenerme en esa comodidad que me obligaba a callarme.

Por aquí también lo iréis viendo.

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