Canillas 29.

¿Me dejas que imagine?

 

Aquella barra de cocina nos separa. Un rato antes nos mantenía muy pegados.

Tú te preparas para irte y yo quiero guardar aún más detalles en mi mente.

Te veo colocar las últimas cosas.

Ya estás vestido.

Apenas quedan unos minutos para despedirnos.

Sí, hemos pasado muchas horas juntos, pero de nuevo no son suficientes.

Me divierte ver lo detallista que eres para algunas cosas, y lo despistado para otras.

Forma parte de tu encanto.

Ojeo mi teléfono, trato de distraerme como si eso fuese a retrasar lo inevitable.

No quiero que te vayas.

Pero llega el momento. Te colocas la corbata y la americana.

Creo que es en el único momento en el que odio verte así.

Nos despedimos. Esos últimos abrazos. Las miradas agradecidas.

Esa conexión que todavía nos invade.

La puerta del ascensor se cierra, y yo cierro la del apartamento.

 

... Pero….

.... Y…

 

¿Qué pasaría si dieras la vuelta? ¿Si pudiésemos olvidarnos de esas responsabilidades?

Las 48 horas que hemos pasado juntos, seguirían sin bastarnos. Querríamos más, y la sensación sería la misma.

Volver a empezar. Compartir ese mundo que solo nos pertenece a nosotros y que dibujamos a nuestro antojo.

Recuperaríamos esa sonrisa estúpida que no se nos va de la cara.

Si es que hasta una palmera sabe mejor estando a tu lado.

 

.... Pero ....

Esa puerta tiene que cerrarse. Tenemos que decirnos adiós para poder mirar el calendario de nuevo y pensar en esa nueva oportunidad.

Otra, que de nuevo no será suficiente y que nos dejará con las mismas ganas, pero un poquito más felices.

En la que, a pesar de tener cierta pena por la inevitable despedida, será una nueva ocasión para compartir esto que solo tenemos tú y yo.