4 oct 2023

Locktober

 Hace un rato escribía en Twitter:

 

 

AMAISTHAR “celebrando” que empieza locktober. Y aunque imagino que a estas alturas todos los que me leen entenderán el concepto:

“El Locktober es un acontecimiento anual en el que un hombre renuncia a su comportamiento sexual con su pareja. Por lo general, el hombre lleva una jaula en el pene para impedir el acceso durante todo el mes de octubre. Un mes completo de estar encerrado y no tener acceso a la llave. Un mes, sin abrir, sin piedad y sin excepción a la regla.”

"Pero Señora: ¿Usted lo realiza?"

Hasta hace algo más de un mes habría respondido que no, e incluso puede que me hubiera permitido la licencia de decir que me parece una gilipollez.

Entonces… ¿dónde dije digo, digo Diego?

Podría ser, porque efectivamente, este año voy a disfrutar del invento. Vamos a disfrutarlo.

Ya, puede parecer que no tiene mucho sentido, pero trataré de explicarlo:

Parto de la misma base que ya he comentado más de una vez en mi blog, nunca compraré el argumento de que un hombre que no eyacula, se vuelve más sumiso que el que sí lo hace.

Hasta ahora, en todas mis relaciones, salvo en casos puntuales, no ha habido más allá que juegos momentáneos en este sentido y nunca he pensado que la sumisión de quien estaba conmigo aumentara o disminuyera. Siempre han dado lo mejor de sí mismos.

Soy una firme defensora de que la sumisión está en el cerebro y no en la entrepierna y, por lo tanto, su uso no me preocupa.

De hecho, alguna vez también he comentado por aquí, las claras diferencias que se hacen entre géneros en cuanto a castidad y que lo que le veo no es un fondo precisamente argumentado.

Pero no quiero extenderme mucho más en este sentido. Ya lo he hecho con anterioridad y no he cambiado de opinión.

Bueno, ¿Y qué lógica tiene realizar algo en lo que no crees?

La castidad es una práctica más, como el spanking, la humillación o cualquiera de las otras que tenemos en el BDSM.

Y considero que si algo fundamenta realmente una relación D/s es la reciprocidad.

Está claro que partimos de una verticalidad evidente y dentro de ella cualquier cosa será posible en base a lo que le apetezca a la Dómina. Pero, aunque seamos “animales de costumbres”, todo evoluciona.

Yo misma, ahora hago cosas que hace 10 años habrían sido impensables.

¿Lluvia? Qué pereza…

Pero cuando compartes una relación, y más una donde se puede hablar de todo, la evolución es inexorable.

Conocer los gustos de tu sumiso es un deber (Vaya, ¿Deberes para Doms? Quizás es un post necesario) y un placer. Puedes usarlos a conveniencia y a tu antojo. Y, estamos aquí para disfrutar, ¿no?

Pues así empezó esta historia. Mi sumiso me manda señales, y yo las recojo. Las desarrollo en mi cabeza y me planteo cosas que me apetece probar. Coincide en una fecha en la que además nos vamos a ver y… Mis ganas se multiplican solas.

Hace un mes, su entrepierna tenía absoluta libertad y nunca he dudado ni un segundo de su lealtad y de su entrega. Tampoco ahora que va de dejar de utilizarla, no va a ser diferente.

Probaremos algo nuevo, disfrutaremos de ello. Nos proporcionará aprendizaje y compartir una cosa más de una larga lista.

Por eso, y solo por eso, este locktober me hace muy feliz.

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