15 ene 2023

¿Y ahora qué?

Hace días que escribí lo que sería el primer post tras abandonar el BDSM. Le he dado muchas vueltas a volver a hacerlo, pero no encontraba ni la motivación ni el momento necesarios.

Las primeras reacciones no tardaron en llegar. La mayoría positivas y algunas mejor olvidarlas. Varias tiradas de caña, unas más evidentes y otras entre líneas.

Personas que han aprendido a respetar un proceso que ha sido más complicado de lo que se puede llegar a imaginar, y otras que parece que se lo han tomado como un juego e intentan retomar lo único que les interesaba de mí.

Curiosamente, si algo he aprendido en este tiempo es a establecer los límites necesarios para que las cosas me dolieran lo menos posible. Incluso con las personas más allegadas. Claro que hay decepción, pero ahora tengo herramientas para minimizarla y quedarme con lo positivo.

Es muy complicado llegar a entender que a veces lo que sentimos cerca, también es lo que menos nos beneficia, pero una vez que lo asumes, estableces ciertas pautas para ir llevándolo.

Tener la suerte de contar con personas, que te hacen sentir segura, por mucho que muestres tus vulnerabilidades, es una gran fortuna y el camino por el que he decidido avanzar.

Me sigue costando salir a la luz. En las sombras me manejo mejor. Una especie de "zona segura", en la que sé que puedo hablar sin miedo a que se me malinterprete, y que no buscaran dobles sentidos para tratar de obtener algo a cambio.

Pero, no quiero quedarme oculta. Creo que mostrar ciertos sentimientos, aunque me hagan sentir expuesta, puede servir para algo. A mí, como desahogo y quizás alguien que me lea, llegue a entender que lo que le pasa, es común y muy lícito.

Pienso en la figura que siempre se trata de mostrar del Dominante "bien hecho", sin dudas, sin problemas… Sin emociones y entiendo más que nunca el flaco favor que le hace al BDSM, una invención de la realidad tan distorsionada.

La verdad es que todos tenemos nuestras propias cargas, y que si ya de por sí es difícil mostrarlas en una sociedad que no quiere escuchar lamentos, lo es mucho más hacerlo en una comunidad creada para la fantasía.

Lo que planteo no es un invento nuevo. Tampoco lo es en el BDSM, por más que no se hable de ello, no deja de existir. Mostrarlo, es aceptarlo.

Incluso para mí misma, es un ejercicio de reflexión y aprendizaje que me permite continuar dando pequeños pasos y poder regresar a algo que me hace muy feliz y, realizarlo de la mano de quien me hace sentir segura y convencida de que voy por el buen camino.

 

Gracias a todos los que os habeís alegrado de mi regreso, la sensación de saber que incluso después de todo este tiempo de silencio seguís por ahí es la mejor inyeccion para seguir escribiendo.

 


 

0 comentarios:

Publicar un comentario