21 ene 2023

Delete

Una de las cosas más complicadas que he hecho en estas semanas es borrar conversaciones.

Cuando decidí dejar el BDSM, ya hice una buena limpieza. Esas cosas que haces sin saber realmente por qué. Supongo que en aquel momento elegí las menos importantes, las que no me aportaban demasiado.

Ahora, cuando de alguna manera he ido regresando, he eliminado las demás. Una limpieza en todos los sitios donde estoy, quitando Twitter, que lo hizo por mí.

¿Un reseteo? Puede.

No, no es cierto. Aquí hemos venido a ser sinceros.

Realmente ha sido una manera de acabar con lo que seguía doliendo. Por múltiples razones, y eso sí que se queda para mí.

Cuando llevas tantos años en esto, es inevitable crear lazos con algunas personas, has llegado a compartir muchas horas y sentimientos. En ocasiones son efímeras, han tenido algo aparentemente intenso, pero por la razón que fuera se han enfriado, y con el paso del tiempo te das cuenta de que aunque te han aportado algo, es el momento de dejarlas atrás y no querer buscar la magia que no existía.

Pecaré de “romántica”, pero la verdad es que guardaba muchas de estas conversaciones y cuando alguna vez me cruzaba con ellas sentía cierta melancolía. Si me volvía a encontrar con esas personas, era una manera de retomar algo que realmente nunca existió.

"Delete" y a otra cosa.

¿Y todas las demás? No esas, no son tantas. Sí que las cuento con los dedos de una mano.

Las que más han dolido y a la vez han supuesto una bocanada de aire fresco. Renunciar a algo que te importaba tanto es una extraña sensación, pero también es como dejar una droga a la que recurrir cuando lo echas de menos.

Algo que en un momento te hace sentir bien, pero que termina siendo perjudicial.

Nunca hubiera pensado que la idea de borrar algo me pudiera crear tantos quebraderos de cabeza.

Sí, podréis decirme que no tendría que haberlo borrado, que formaba parte de mi pasado y que muchas veces ha sido positivo, y en otro momento hasta os daría la razón, pero ahora respondería que solo nosotros sabemos que nos suponen ciertas cosas y cuanto tiene de carga y cuanto de positivo.

En un correo que acabo de escribir, ponía algo así como:

"No sabemos decir adiós, no nos gusta tener que hacerlo"

Pero, a veces, es necesario y el botón "supr" si no es un adiós, es un buen "hasta luego":

Al menos, para nosotros mismos. 




 

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