3 oct 2021

Va siendo hora.

No me creo que esté haciendo esto.

He perdido la cuenta de la cantidad de veces que me he sentado frente al ordenador con un Word en blanco que no era capaz de rellenar.

Ahora siento que las palabras salen solas.

Algo de jazz suena de fondo en mi despacho y una cálida luz dorada ilumina una oscura habitación por el mal tiempo.

En la pantalla del ordenador salen notificaciones de mensajes de esos que ves con el rabillo del ojo y te recuerdan alguno de los motivos para seguir aquí.

Y es que de alguna manera, me había perdido a mí misma. Al menos esta parte de mi que también me hace disfrutar.

Pero necesitaba volver.

Quizás cambiando los ritmos, las formas. Dándome un poco más de margen a mí misma.

Pero haciendo lo que me apetece.

Ha sido un verano demasiado peculiar. Poco tiempo para disfrutar realmente y desconectar de lo que necesitaba.

Días para poner orden en muchos pensamientos.

De reflexión, de sopesar errores y plantear soluciones.

Y de querer seguir. Porque había llegado a plantearme tirar la toalla y renunciar a muchas cosas.

 


 

Esta mañana hablaba con una paisana a la que muy pronto espero poner cara, que muchas veces no nos planteamos realmente que las cargas del día a día nos afectan más de lo que pensamos y que cuando llegamos a “esta parte” lo hacemos bastante cansados.

Es cierto que nos hace disfrutar, también hay una parte importante de responsabilidad que a veces nos pesa más de lo que imaginamos y de la que no queremos soltar lastre, precisamente porque nos sentimos responsables de lo que compartimos.

Al final es peor el remedio que la enfermedad, y no se puede llegar a todo.

La mejor parte, buscando siempre una positiva. Es sentir que quienes están a tu lado siguen ahí, esperando y apoyándote y entienden que necesites priorizar otros espacios para estar bien.

Si hay un lado negativo de esto, es lo egoísta que llegas a sentirte.

Yo que ando mucho por redes (Y últimamente hasta participo más en ellas) veo como parece que tendemos a compartir  solo una parte positiva, y para nada lo veo mal, pero creo que a veces también es necesario compartir lo malo, para que se naturalice y que si alguien siente que si hay alguna cosa que no va bien, es porque algo no funciona.

Puede haber muchos motivos, y muchos de ellos son solucionables. Se puede aprender y seguir adelante y si me lo permitís creo que hasta salir reforzados.

Con todo lo que ha pasado estos meses, y con todo lo que sé que aun me queda hoy por hoy me siento muy afortunada.

Guardo grandes momentos en mi cabeza que me hacen sonreír y me erizan la piel por mucho que los recuerde.

Esos, son los que merecen la pena … y por los que seguiré por aquí.

¿Qué tal vuestro verano?

5 comentarios:

Desconcertante dijo...

¿Verano? Je... je je..... jejejJEjEJEjJEJEJeejejEJ

Güelcom egein ;)

proyectosum dijo...

Pues me alegro poder seguir leyéndola, y espero que vaya a mejor lo que iba a hacerle tirar la toalla o dejar cosas. Un saludo.

Anónimo dijo...

Pues me alegro poder seguir leyéndola, y espero que vaya a mejor lo que iba a hacerle tirar la toalla o dejar cosas. Un saludo, proyectosum

AMA ISTHAR dijo...

Desconcertante:

Si, ha brillado por su ausencia... casi como.... Uy, seguro que sabes a qué me refiero.

zenquiu

AMA ISTHAR dijo...

Proyectosum:

Que gusto da siempre leerte por aquí.

Todo recuperando su orden natural...
Con suerte aún hay guerra que dar.

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