31 oct 2021

Sumar sin miedo

 Si mis cálculos no fallan, cuando se publique este post, tendré un año más.

“¡¡Happy Birthay to me!!”

No, no os preocupéis que no voy a escribir un post para regalarme flores a mí misma.

Llevo la friolera de 13 años escribiendo estas sombras, y aunque reconozco que los primeros post me dan más vergüenza que orgullo ahí siguen, como ladrillos necesarios para haber construido todo lo que hoy soy.

Se suele decir que el pasado siempre vuelve, y no seré yo quien lo niegue.

A lo largo de esta andadura he ido conociendo a muchas personas con las que he compartido grandes momentos. A veces por unas cuestiones u otras, ha habido periodos de distancia, algunos muy largos.

También de enfado, porque no siempre se hacen las cosas como deben y esta que escribe, antes era de cortar por lo sano y no dar muchas oportunidades.

Los años, por suerte, te hacen ver las cosas de diferentes maneras y de relativizar ciertas cosas cuando llegas a ver que el fondo era bueno, aunque las formas no siempre fuesen las más adecuadas.

Últimamente veo como esas personas del pasado vuelven a estar cerca de alguna manera y aunque yo soy mucho de vivir el momento, me ha llevado a pensar:

¿Y si ese no era el momento?

 

A un lado, tengo a alguien que si me hubiera mantenido en mi negativa a tener segundas oportunidades, no me estaría dando todo lo que me aporta y no me habría dado la oportunidad de avanzar y crecer todo lo que lo he podido hacer con él.

A otro lado tengo a una de esas personas a las que podría haber perdido si por alguna extraña casualidad no me la hubiera vuelto a cruzar y haber podido sentar una relación un tanto diferente a la que al principio tuvimos. Y ahora creo que aunque si no estuviéramos juntos siempre habría permanecido en mi memoria.

Y en el último lado, alguien que apareció casi de la nada, ofreciéndose de una manera diferente a todo lo que conocía, a la que en otras condiciones le habría cerrado totalmente la puerta,  pero con la que de nuevo, tengo la fortuna de aprender y descubrir un lado de mi misma que no conocía. Y por lo tanto, de disfrutar.

¿He bombardeado todos mis principios? Si alguien me hubiera dicho hace 13 años que mi presente iba a ser este, habría asegurado que sí. Pero como he sido yo la que he recorrido este camino, creo que simplemente los he ido fortaleciendo con aprendizaje, y no solo con lo que a BDSM se refiere, también de mi misma.

¿Más sabe el diablo por viejo que por diablo?

Pues no tengo ni idea, pero si algo he aprendido es a confiar bastante en esa parte de mi intuición que va unida a lo que siento, a lo que me hacen sentir, y que a veces nos negamos cosas simplemente por el miedo que nos da sentirlas.

Y ahora, siento que si ese pasado ha vuelto, si esas personas que en algún momento estuvieron más o menos cerca o que me hicieron sentir  algo vuelven a estar ahí voy a disfrutarlas de la mejor manera posible y aprender de lo que tenga que aprender.

Desde la responsabilidad, y no desde el miedo. Construir para crecer.

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