23 jun 2021

Jodida Escalera.

 

Desde lo alto de aquella reluciente escalera de caracol, sentada en uno de sus escalones, veía su cuerpo contraerse con el contacto de las gotas de cera que caían sobre su pecho.

Ella intentaba mantenerse lo más quieta posible para disfrutar de aquellas pequeñas pinceladas de color que tanto añoraba, a pesar de que un rato antes, atada de la barandilla su cuerpo había quedado bien cubierto.

Pero esas gotas tenían algo de especial, quizás por la situación. Puede que la postura en la que se encontraba la expusiera más de lo que ella misma se imaginaba.

Había perdido todo el control y se dejaba guiar por una mano que se entrelazaba en su pelo, tirando de el cuando era necesario reprimir algo una y otra vez.

Intensidad que le atravesaba las entrañas, provocando que su norte estuviera en las manos de aquella que sin hacer mucho, lo controlaba todo.

Deseo de llegar y de perderse una y otra vez, de que no terminara aquel instante. De poder ser la mejor versión de ella misma cumpliendo los deseos de su Dueña.

Jodida escalera. Que huella ha dejado en su memoria. Cuantos recuerdos perdidos en sus escalones y agarrados a su barandilla.

Que ganas de regresar a un lugar que siempre tendrá una marca de toda la humedad recogida, mezclada con cada gota de barniz.

 


 

1 comentarios:

Anónimo dijo...

La escalera de caracol resulta hipnótica y tiene cierta carga simbólica.
Ceder el control de alguna forma contiene esas zonas oscuras donde uno puede perderse pero a la vez encontrar otra perspectiva, te puedes evadir en las curvas y la sinuosidad de las escaleras pero al mismo tiempo quedar envuelto en aquello que no es evidente y deseas que no termine.
Breve pero intenso. Esa simbiosis en la que se siente el crecimiento personal a través de complacer a quien es tu Dueña es hermoso.
entresombrasxx

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