A veces cuando
chateo, o intercambio mensajes por alguna plataforma, me sorprendo a mi misma
teniendo una sensación de “estar alerta”, como si estuviese preparada para
saltar a por mi interlocutor.
Quizás, es que presto demasiada atención e intención a los
mensajes que recibo e intento conocer a través de ellos a quien me los está
enviando.
Como decía en mi post anterior, creo que en mis
conversaciones suelo ser bastante cercana, salvo cuando creo que están jugando
conmigo, que se enciende este animal salvaje
que acecha a su presa.
Y en ocasiones, bastantes, con sumisos con los que charlas
con cierta frecuencia ves como intentan tirar de la cuerda esperando conseguir
algo, que probablemente no consigan.
En cierto modo, entiendo esa necesidad de probarte y ver si
reaccionas como ellos esperan, a veces por conocer más con quien hablan y
otras, que por desgracia suelen ser las más habituales, lo que intentan es
llevarte a su terreno y conseguir lo que ellos quieren.
Esta segunda parte es la que realmente llega a molestarme.
Puede que algunos crean que esa cercanía, es símbolo de debilidad
y que de alguna manera van a poder manejarte (¿Dominación desde abajo?), pero
no es el caso… Soy bastante consciente de los pasos que doy, de cómo y cuando los doy. Y siempre que los
doy hay una razón: me apetece darlos. Y
me da bastante igual lo que quiera, cómo y cuando lo quiera una persona que no
está conmigo.
Este es otro punto importante… estar o no estar.
Para muchos, el hecho de hablar con más o menos frecuencia
implica algo más, parece que el hecho de estar conociéndose no es suficiente y
estar conociéndose, parece implicar que todo acabará en una relación D/s.
Cuanto he hablado ya en mi blog sobre esto!!
(Así que interesados, ya sabéis donde encontrar la
respuesta).
Pero… volvamos al punto principal del post. Quizás me hago
la tonta más de lo que lo soy, pero no lo soy tanto como algunos pueden llegar
a creer.
Sé y noto
perfectamente cuando alguien trata de provocar en mi algún tipo de reacción y a
veces me apetece jugar y entro al trapo…. Y otras, me apetece ver como alguien
se posiciona y mete la pata, sacando lo que realmente quiere.
Creo que en ese momento es cuando mi instinto cambia… noto
perfectamente como algo se contrae y creo que cambia hasta mi postura corporal.
No voy a negar que también disfruto de esos momentos. ¿Será
una parte caníbal que tengo?
Disfrutar, entiéndase, desde el sentido de ver como alguien
cae en su propia trampa con el juego con el que trataba ganarme…. No en el de
que creen que soy tonta y van a poder jugar conmigo.
Así que… ¿seguimos jugando?.
0 comentarios:
Publicar un comentario