26 jun 2024

Maquinando.

Acabo de tener un ratito de charla con siervo. Es frecuente que después de hablar con él, tenga ganas de escribir.

Parece que mi sumiso me inspira (a veces ganas de zurrarle sin que le guste).

En breve, podremos vernos. El calendario se acerca rápidamente a esa cita que tanto apetece y las ganas de estar juntos nos unen aún más.

Siempre que viajo para verle, aprovecho y socializo con gente a la que me apetece ver o desvirtualizar.

En esta ocasión, mi agenda anda casi completa. Y todas mis citas, me hacen mucha ilusión.

Repetiré velada con alguien que me apetece volver a ver. Conoceré a una persona a la que llevo siglos queriendo hacerlo…(al final no).

Y… Si todo va bien ¡¡Veré a toofast!

Mi sumiso aún no sabe esta última parte. Probablemente y si la logística no me falla con nada, se entere el mismo día.

Pero oye, alguna ventaja tiene lo de ser su Dueña y poder organizar cosas un poco a sus espaldas.

Me muero por ver su reacción.

 


 

Cuando publique esto ya la habré conocido y quién sabe si seguiré teniendo sumiso. Pero no voy a negar que me apetece mucho ver a los dos juntos y compartir un rato con ambos (aunque me dé cierto miedo el puteo al que vayan a someterme).

Con pocas personas siento que puedo hablar, casi abiertamente, de mi relación con siervo. Diría que dos.

Toofast es una de ellas. A pesar de llevar mucho separados y una eternidad sin vernos, siempre hemos mantenido una maravillosa complicidad.

Es de las pocas personas que con un simple “buenas” intuye si puede haber algo más detrás.

Sé que tiene curiosidad por saber cómo es mi sumiso, y que es lo que hay para que, en cierto modo, yo haya cambiado tantas cosas.

Y, conociendo a siervo, tengo claro que hará también un análisis completo de la situación. 

Vamos, que la diversión estará asegurada. Y, el placer de poder tener a dos personas juntas, con las que comparto tanto también.

 

 

0 comentarios:

Publicar un comentario