El Proceso.

 ¿No has echado de menos el BDSM en este tiempo?

La respuesta sincera sería: a ratos.

Claro que extrañas cosas, sobre todo esa rutina que aunque la hagas de manera natural llega a ser muy disfrutada. Recibir y dar los buenos días, esa primera comprobación del correo de la mañana. Cosas que aunque pueda parecer que no tienen importancia si llevan detrás mucha carga positiva.

Diría que eso, junto a la actividad en redes y en grupos, ha sido lo que más me ha costado dejar de hacer.

Los primeros días cogía el teléfono de manera inconsciente y buscaba esa rutina. En aquel momento me daba cuenta de que había eliminado varias aplicaciones y salido de cualquier cosa que tuviera que ver con BDSM.

Fue realmente difícil.

Después pasé a un episodio de apatía total. No quería saber nada. Mi pareja me hablaba de cosas de redes o de mensajes en alguno de los grupos que compartíamos y solo sentía rechazo.

Estaba incómoda con cualquier cosa que tuviera que ver con BDSM.

No sé cuanto tiempo estuve sin tener contacto con personas que conocía de esto. Y era para acciones muy concretas, felicitar algún cumpleaños o responder a mensajes por no querer parecer maleducada.

Me dolía hacerlo.

Si hablamos de la parte más activa, tampoco había ganas. Rara vez algún pensamiento se pasaba por mi cabeza y cuando lo hacía lo sacaba rápido de ahí. No quería que hubiese sitio para eso.

De nuevo, cuando por alguna circunstancia se planteaba un contacto directo, mi cuerpo y mi cabeza sentían algo muy parecido al asco.

Ahora no entiendo como he sido capaz de estar tanto tiempo sin querer saber nada de algo que siempre me ha aportado sentimientos tan especiales y que incluso ha generado los contrarios.

... Creo que realmente sí que lo sé, pero de nuevo, prefiero mantener ciertas cosas para mí.

He tardado en retomar pequeños hábitos. He vuelto a releer muchos textos antiguos de esos que me reconciliaban con la que hace algunos años empezaba en esto. Charlas cortas que no me hicieran sentir comprometida, y mucha introspección para ser consciente de que no quería abandonar, pero sí que tenía que reordenar bastantes cosas también en esto.

Meses de dudas, muchas ya respondidas, otras en el aire, y algunas que se van creando.

Todo tiene su momento y no hay que forzarlo. Lo importante, sabrá esperar.