23 feb 2022

El tamaño importa.

¿Sería demasiado grande?

Eso pensaba al desenvolver aquel nuevo dildo para mi strap, era de un brillante color negro, con las venas bien marcadas y bien grueso.

Deslicé mis dedos por aquel nuevo juguete mientras pensaba en lo poco que tardaría en disfrutar de su cara al verlo.

No me equivoqué mucho. Cuando por fin le enseñé mi nueva adquisición vendiéndoselo como un regalo solo para él su cara fue todo un poema.

Por mucho que intentará transmitir calma, podía notar como ardía por dentro pensando en cómo iba a conseguir meterse aquello.

¿Un poco de temor? Quizás sí. Pero estaba convencida de que va a hacer todo lo posible por complacerme.

No tardé en colocármelo. Quiero darle uso y no lo hay mejor que tener a mi sumiso de rodillas dispuesto a empezar a lamerlo.

Tengo una visión privilegiada de su boca bien abierta, tratando de acostumbrarse al grosor de aquel juguete que invadía su boca. Creo que no le está resultando tan sencillo como otras veces pero aun así noto como se aplica al máximo y acelera el ritmo de un placentero trabajo mientras intenta no ahogarse.

Le dejo hacer. No me ha hecho falta pedirle nada para tenerle ahí de rodillas dejándose la garganta y mucha de su saliva para complacer a nuestro invitado estrella.

Creo que sonrío instintivamente. Me encanta disfrutar de todo lo que me da y ver como trata de superarse, incluso me complace cuando intenta alargar un momento que sabe que tarde o temprano va a llegar.

Cojo su cabeza y detengo su trabajo. Veo como coge aire mientras nuestras miradas se cruzan fugazmente para compartir una sonrisa.

Y sin decirle nada, vuelve a su trabajo con las mismas ganas y la misma intensidad que antes. Cualquiera diría que estaba hambriento de aquello.

Pero no me voy a conformar con su boca cuando puedo tenerlo todo. 


 

De nuevo le detengo para indicarle que es otro agujero el que quiero usar.

Apoya las palmas de sus manos en la cama y me ofrece su trasero, quizás esa postura le da algo de seguridad, pero yo soy consciente de que no va a ser suficiente y le doy una palmada en el trasero para que ese ofrecimiento sea completo.

Capta el mensaje y rápidamente se pone a cuatro patas en la cama. Se ofrece por completo mientras sus rodillas se clavan en el colchón.

Apoyo el dildo en su trasero y lo dejo caer entre sus nalgas.

Directo, amenazante… preparado para que sea yo que invada lo más profundo de mi propiedad.

Y no puedo evitar disfrutar tanto de ese momento en el que siento la tensión de un sumiso que hace todo lo posible para prepararse para una Dueña que le ha dejado muy claro las ganas que tiene de usarle…

 

5 comentarios:

Defeno dijo...

Qué chulo, me encanta también el punto en que lo decides acabar.

A. Javier dijo...

En este caso, sí que importa el tamaño
y estoy seguro que al final le hiciste disfrutar.

Un placer leer este relato tan natural que engancha
sin pedir nada a cambio, sólo gozar el momento.

Te sigo para seguir aprendiendo.

AMA ISTHAR dijo...

Defeno:

¿Lo dejo ahí entonces o publico la segunda parte?

AMA ISTHAR dijo...

A. Javier:

Gracias por tu comentario!.

De eso se trata, de disfrutar. Haciéndolo o imaginándolo. Me alegra que te haya gustado.

Por aquí nos leemos.

criadosumiso dijo...

Me parece precioso que la Dueña disfrute de su propiedad y que el sumiso esté siempre preparado mentalmente para ofrecerse cualquier parte del cuerpo a quien es la única propietaria. Gracias Ama Isthar

Publicar un comentario