11 oct 2020

Personas, motivaciones y ganas.

De nuevo un post escrito a contrarreloj. Al menos con la buena noticia de que poco a poco todo va solucionándose y podré recuperar cierta tranquilidad.

Aunque en mi cabeza era otro el tema del que quería escribir, la falta de tiempo y una idea de última hora tienen la culpa de lo que hoy leeréis por aquí.

Hace un rato, alguien que se enteraba de que recientemente había visto a uno de mis sumisos (después de un periodo largo de necesidad), me hacía una pregunta que venía a decir:

“¿Conmigo tendrías ganas o ya las has saciado con él?”

La verdad es que al leerlo me hizo gracia, la conversación era en un tono distendido y no había dobles sentidos, aun así a veces peco de ser seria y mi respuesta también lo fue:

“Mis ganas dependen de la persona, no del momento”

Y aprovechando la coyuntura, explicaré mi respuesta.

Podría hacerlo de una manera sencilla diciendo que siempre tengo ganas, pero seguramente esto sea un poco exagerado. Todos tenemos momentos mejores o peores y esta parte nuestra pasa a ser secundaria, aunque estos días de cierta inestabilidad personal me he visto a mi misma diciendo varias veces que centrarme en esta faceta me hace estar más centrada (¿Puede que esto se merezca un post propio?).

Así que la idea de que es la persona la que me inspira ganas es mucho más sensata y real.

Ya he explicado anteriormente que cada persona que está conmigo me despierta diversas motivaciones, incluso gustos diferentes a la hora de realizar las distintas prácticas posibles. Así que esto va muy de la mano con que “siempre tenga ganas”.

Al final de todos ellos saco cosas tan especiales y únicas que no se parecen en nada. Claro que puede haber momentos comunes y llenos de complicidad, pero el hecho de que se repitan de cierta manera no los hacen más banales.

Se da un paso con cada instante compartido, se crea algo que afianza la relación que mantenemos y la hace mas especial aun, y no… lo que vivo con uno, no “le quita” sentido a lo que puedo vivir con los otros, ni me hace tener menos ganas de compartirlos con los demás.

Tengo la gran suerte de poder sentir cosas maravillosas y diferentes, con distintas personas. Eso me hace crecer como Dominante y aspirar a seguir creando momentos que nos hagan sentir y disfrutar a ambos, y por supuesto querer mas.

Si estar con uno de mis sumisos me quitase las ganas de estar con otro, sería una tontería tener más de uno y me tomo esto en serio (quizás demasiado), y espero poder darle a cada uno lo mismo que ellos me dan a mí.

Así que, querido “conversante mañanarero”:

Sí, sigo teniendo ganas. Tantas como tú. 


 

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