Hace unos días tenía una nueva “primera vez”. Pero no vengo
a hablaros de eso, aunque seguramente lo haga pronto.
Después de un tiempo más o menos razonable (corto, para lo
que suele ser necesario para mí), decidimos ponernos cara y quedar a tomar
algo. Si bien es cierto que las condiciones actuales no son las mejores para
este tipo de cosas, creo que “apañamos” una manera cómoda y segura para esa
primera cita.
Y hoy, quiero hablar de la seguridad en esas primeras citas.
Hubo un tiempo en el que yo no hacía eso que llamamos “llamada
de seguridad”. Básicamente, no tenía a nadie de confianza con quien hacerla, y
en aquel entonces (seguramente por la inconsciencia que da la falta de
experiencia), no me sentía expuesta ni pensaba que algo malo pudiera ocurrirme.
Quedaba con gente, tomaba algo y cada uno a lo suyo. Pero siempre pasa algo que
te hace cambiar de idea:
En cierta ocasión quedé con una persona a la que había conocido
en un chat, parecía educado y agradable y nada me hacía pensar que algo pudiera
ser diferente a otras ocasiones. Pero lo fue. Después de haber esperado un
tiempo prudencial, aquel personaje no se presentó a la cita, yo pensé que me habrían dado un plantón mas
(que no sería ni el primero ni el último) o que simplemente no le habría
gustado lo que veía y se había ido por la puerta de atrás (también de esto
debería hablar en algún otro post). La cuestión es que me fui a casa. Como
vivir en una ciudad pequeña da la posibilidad de hacerlo andando con relativa
facilidad, me fui dando un paseo intentando no darle muchas vueltas a lo
sucedido.
Después de cenar, y como era habitual en aquella época, me
conecté al chat para pasar el rato. Y ahí fue cuando me di cuenta de que algo
realmente malo me podría haber sucedido. Aquel nick que no había aparecido a la
cita, estaba de nuevo en el chat y no para disculparse, si no para hacerme
saber que sabía donde vivía.
Creo que pocas veces he pasado tanto miedo. Me sentía totalmente
desprotegida y sin saber muy bien qué hacer. No le puedes contar a cualquiera
que has quedado con alguien que has conocido en un chat de “sadomaso”, y la opción
de ir a la policía tampoco me resultaba adecuada. (Insisto, juventud e
inexperiencia).
Fueron unos días complicados, pero por suerte no ocurrió nada.
Aquella persona despareció igual que vino.
Durante bastante tiempo dejé de quedar con gente, al menos
hasta que conocí a una de las personas que desde entonces forma una parte
importante de mi vida bedesemera. Cuando quede con él ya tenía referencias, y
aunque no hice esa llamada de seguridad si había alguien que sabía que esa cita
iba a producirse. Que no significa mucho, pero ya era algo. Desde aquel
entonces si quedaba con alguien, y después de haberle explicado mi mala
experiencia, él se convirtió en mi llamada de seguridad y alguien que siempre
estuvo (y aun sigue estando) pendiente de mi. Al menos hasta que conocí a mi
pareja actual, que es con quien hoy por hoy tengo ese “control de seguridad”.
El otro día cuando quedé con “Sr X”, él había asegurado sus
llamadas de seguridad, (fueron varias) y yo había hecho lo propio con mi
pareja.
En cierto momento de las muchas conversaciones que pudimos
tener (O continuando una que parece interminable), surgió este tema. Primero
con cierto “cachondeo” por lo que a su parte tocaba, pero después coincidiendo
en que estas cosas son totalmente necesarias.
En el fondo, una que tiende a tener una parte “romántica”, me
parecía de lo más triste tener que tener tantas prevenciones. Se supone que
somos adultos, respetuosos y que somos conscientes de lo que esto implica…
Pero la realidad vuelve a abofetearte para que nunca bajes
la guardia.
Estos últimos días en twitter y también en cierto grupo en
el que estoy, me ha tocado leer y ver justificar ciertas actitudes muy
machistas, de esas que no deberían tener cabida en ningún ambiente, pero menos
aun en el nuestro. Actitudes que además venían de personas en su mayoría Dominantes.
Como mujer, no puedo obviar que somos nosotras las que por
desgracia más habitualmente nos enfrentamos a situaciones poco agradables y que
nos exponen más directamente. (Aunque algunos sigan intentado justificar que “buscamos
lo que encontramos”).
Y efectivamente, con cosas así ves necesarias todas las
alertas posibles e incluso llegan a parecerme pocas. Si alguien es capaz de
hacer ciertos comentarios en público sin ningún tipo de pudor ¿Qué podrá llegar
a hacer cuando está a solas con alguien?
Probablemente este tampoco sea un pensamiento del todo
justo, pero ante la duda creo que cualquiera con un mínimo de sentido común,
entenderá la necesidad de tomar todas las precauciones que sean necesarias para
quedar, aunque sólo sea para tomar algo en un sitio público.
Así que si, triste pero real. Tomar precauciones cuando
quedas con alguien por primera vez no significa que confíes menos, todo lo
contrario: si realmente es alguien en quien confiar verá natural y sensato que
hagas todo lo que sea necesario para que te encuentres cómodo y sin miedo.
Y si a alguien no le parece bien que lo hagas, no dejes que
te haga cambiar de idea. Esa persona no merece la pena y seguramente no
pretenda nada bueno.
1 comentarios:
Buenas!! Hace tiempo que no paso a leerte, pero acabo de leer este post... Lamentablemente es necesario tener esa "llamada de seguridad", yo por suerte tengo muy buenos amigos en ese aspecto. Es cierto que en la sociedad actual hay un alto porcentaje de mujeres que les pasa ésto mismo, ojo no pretendo ser machista ni nada por el estilo, pero me parece lamentable que alguien, sea del sexo que sea, que se aproveche de esas situaciones anómalas. Yo cuando quedo con alguien desconocido hago esa llamada y se lo explico a la persona, hay personas que han llegado a llamarme paranoico y otras que lo han entendido y me han contado que también lo han hecho, pero como tú has dicho, por este mundo hay personas sin esa educación. Un saludo
Publicar un comentario