10 jun 2020

Despertar en buena compañía.


Me despierto… Siento que duermes apoyado en mis piernas.

En algún momento de la larga noche debimos caer rendidos por el cansancio y hemos dormido en esa extraña postura. 

Acaricio tu cabeza, mis dedos juguetean con tu pelo y noto como empiezas a despertarte. Mueves la cabeza, lo justo para mirarme y sonreírme. 

Te abrazas mis piernas mientras me das los buenos días y tu nariz juega con mis muslos.

Aunque probablemente muchos no lo entiendan, en esto hay mucho de nosotros. 

Nos seguimos mirando y parece que no hace falta nada más. Mis dedos siguen enredándose en tu pelo.

Podría quedarme así el tiempo que hiciese falta.

Pero no, el deseo sigue impregnando las paredes. No podemos aguantar despiertos sin darnos el uno al otro lo que realmente nos hace disfrutar.


 Comienzas a besar mis piernas mientras esperas que diga algo, sin embargo permanezco callada disfrutando del tacto de tus labios. 

Cada vez son más las zonas que recorren tu boca, y más la intensidad de cada uno de tus besos.

Te colocas entre mis piernas para poder moverte con más soltura. Te veo a cuatro patas en la cama y termino de despertarme. 

Abandonas mis piernas para subir a mi barriga.

Mis manos aprovechan de nuevo tu cercanía para coger tu pelo, pero esta vez no en un gesto dulce si no en uno que te lleve de un tirón cerca de mi cara…. Y abofetearte con ganas antes de meter mis dedos en tu boca que no tardan en darme todo el acceso necesario.

Jadeas y una extraña sensación somnolienta recorre tu rostro. Empiezas a perder el control y a saber que cualquier cosa que desee va a ser posible en ese momento.

Empujo de nuevo tu cabeza hacia abajo, indicándote que regreses a la postura anterior… 

Bajo mi mano, aun mojada por tu saliva a mis muslos y enseguida sabes lo que espero. Tu boca vuelve a ponerse a mi servicio. Besos cada vez más húmedos vuelven a recorrerme.

Muevo mi dedo recorriendo mis muslos, dirigiendo por donde quiero que pase tu lengua. Bordeo zonas que anhelas y que hacen que te estremezcas al tenerlas cerca. Me muevo para comprobar si serás capaz de no moverte un poco y devorar lo que tanto deseas.

Pero siempre obediente contienes tus ganas entre suspiros y sigues únicamente el recorrido que te marco.

Pocas maneras hay en las que despertar sea tan placentero.


0 comentarios:

Publicar un comentario