8 mar 2020

Ofendido y Lastimado.


Suele ser en el chat donde me ocurren la mayoría de anécdotas. Probablemente porque es el sitio cybernetico al que más tiempo le dedico (twitter también, pero ahí hay un feedback muy diferente), pero en ocasiones es en Fetlife donde me ocurren las situaciones menos agradables.

Siempre he pensado que es en un chat, donde aquellos necesitados de “morbo rápido” intentan conseguir lo que quieren. Es fácil ir a saco y no dejar huella. En ciertas páginas como Fetlife ya implica trabajar un poco más, al menos abrirse un perfil resulta demasiado complicado para algunos que sólo piensan en lo que piensan. Incluso la búsqueda de personas no es tan sencilla como clicar en un nick y abrirle un privado.

Así que el tipo de personajes que nos encontramos por aquí, podrían ser los mismos que en un chat pero ya han aprendido un poco más, aunque no mucho y por eso se les suele detectar rápido.

Dentro de estos perfiles, hay uno bien definido:

Ese que simplemente se registra, y tal y como decía antes, hace una búsqueda de “mercancía” que esté en la zona que a él le interesa, y dentro de todos esos perfiles que encuentra envía varios mensajes, que normalmente suelen ser un triste “copia y pega”.

Tampoco es que vaya a saco como puede pasar en el chat, ya sabemos que se molesta un poco más, así que a priori parece educado. Educado, y muy pelota. 

Hace un par de semanas me contactó alguien así. 

La verdad que Fetlife no es un sitio al que le dedique mucho tiempo. Normalmente lo uso para leer algún debate de esos interesantes que se dan muy de vez en cuando, pero que normalmente pasan desapercibidos por el interés general de polemizar o cotillear sobre dimes y diretes de miembros de la comunidad bedesemera. Todo un “Sálvame”  con entrada gratuita.

En todos los perfiles que tengo en las diferentes redes, dejo clara mi situación actual y mis intereses, así que alguien que contacta conmigo debería saber a qué atenerse. 

Pero aun así, se decidió a escribirme. Primeros mensajes bastante habituales y correctos, que poco a poco van dando paso al “conquistador” que intenta llevarte a su terreno.

Peloteo del fácil, de ese en el que te dicen lo maravilloso que sería estar a los pies de alguien como tú, alguien que evidentemente no conocen y en el que su interés no va más allá de lo que cree que puede conseguir. 

Vienen las primeras frases curiosas, esas del tipo “si me vieras seguro que cambiarias de idea”, porque “gana en persona”. Antes era Miguel Ángel Silvestre al que le concedería su deseo si fuera ser sometido, pero ahora mis gustos han evolucionado un tanto… (Maravilloso Negan) Así que esa posibilidad de llegar y “Besar a la Diosa” sigue siendo bastante complicada. 

Y como ve que con esa táctica no consigue mucho, saca al “sumiso realmente interesado”, ese que te dice que ha leído tu blog (esperando conseguir todos los puntos del mundo).

Pero claro, ya sabemos qué tipo de entradas atraen a cierto tipo de mentes limitadas, y de todo el contenido de mi blog, casualmente sólo se lee esas que estimulan algo más que la neurona.
Esas que le hacen desear mucho más aun ser de alguien como yo, con mis gustos y mi manera de ser…


  (BLA… BLA… BLA… BLA… Zzzzzzz)  … 


Y trata de que imagines con él, cómo sería estar a su lado y lo divinamente bien que lo pasarías… 

Pero mi imaginación no da para tanto y pronto se da cuenta de que por ahí tampoco le funciona la estrategia de conquista.

Así que llega la tercera parte, esa donde los protagonistas son mis sumisos. Mis envidiados sumisos.

Esos que tienen que ser muy perfectos para haber llegado a estar con alguien como yo… Esos por los que se desarrolla un repentino interés, bueno no realmente en ellos si no en lo que hago con ellos.

Porque todos sabemos lo interesante y didáctico que puede ser que te cuenten una sesión con todo lujo de detalles…  Nada morboso, solo interés en saber cómo acercarse más. (Tengo pendiente escribir un post en el que hable de aquellos que intentan imitar a mis sumisos).

Parece que ninguna de sus tácticas le está funcionando así que el chico que no es tan tonto y quiere saber donde está metiendo la pata, probablemente para que no le pase con otra, te pregunta casi afligido sobre qué opinión tienes de él. 

¡Ay! ¡¡Que va a ser verdad que con los años se aprende algo!!


Sacas a pasear la tonta que llevas dentro y lamentas no poder opinar, porque no te atreves a tanto en unos cuantos mensajes. (Menos mal que no me leen la mente).

¿De verdad no te planteas nada con él? ¿Cómo puede ser?

Como nada de lo anterior está funcionando, vamos a la última parte… 

Hacerte olvidar que tienes sumisos. 

Está claro que si no le das una oportunidad es porque están ellos, así que molestan y no sirven para lo que él quiere. 

Así que ¿Si no estuvieran ellos?

(Creo que aquí es adecuado resaltar, que cuando alguien se permite el lujo de decir o menospreciar a quien está conmigo, paso a un modo casi de ataque en el que no me resulta tan sencillo mantener cierta educación y no clavar puñales directamente. Modo que algunos que saben leer entre líneas, reconocen y hasta disfrutan).

De nuevo trata de que imagines como sería todo con él, si no estuvieran ellos. Lo de estar sola no es una opción, o quizás y mucho mejor dicho… El no estar con él, no es una opción.

Imaginar un café… Una sesión

¿Cómo puede ser que no te plantees ni tomar un café con él si no tuvieras sumisos? ¿Qué clase de ofensa es esa? ¿De verdad no hay nada que te llame nada la atención?

Y llega el único momento de toda esta historia que “tristemente” llega a su fin  en el que pude darle la razón en algo, ese en el que te dice que te debe estar pareciendo un autentico gilipollas.

Pues sí, no hizo falta reconocérselo porque ha debido entenderlo y ha dejado de escribirme.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial el post. Muy fan de esos momentos en que "muerde".

AMA ISTHAR dijo...

Me alegra que te haya gustado el post...

Y que seas fan de esos momentos... "aunque no te muerda a ti". ;)

Un saludo.

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