Suele ser en el chat donde me ocurren la mayoría de
anécdotas. Probablemente porque es el sitio cybernetico al que más tiempo le
dedico (twitter también, pero ahí hay un feedback muy diferente), pero en
ocasiones es en Fetlife donde me ocurren las situaciones menos agradables.
Siempre he pensado que es en un chat, donde aquellos
necesitados de “morbo rápido” intentan conseguir lo que quieren. Es fácil ir a
saco y no dejar huella. En ciertas páginas como Fetlife ya implica trabajar un
poco más, al menos abrirse un perfil resulta demasiado complicado para algunos
que sólo piensan en lo que piensan. Incluso la búsqueda de personas no es tan
sencilla como clicar en un nick y abrirle un privado.
Así que el tipo de personajes que nos encontramos por aquí,
podrían ser los mismos que en un chat pero ya han aprendido un poco más, aunque
no mucho y por eso se les suele detectar rápido.
Dentro de estos perfiles, hay uno bien definido:
Ese que simplemente se registra, y tal y como decía antes,
hace una búsqueda de “mercancía” que esté en la zona que a él le interesa, y
dentro de todos esos perfiles que encuentra envía varios mensajes, que
normalmente suelen ser un triste “copia y pega”.
Tampoco es que vaya a saco como puede pasar en el chat, ya
sabemos que se molesta un poco más, así que a priori parece educado. Educado, y
muy pelota.
Hace un par de semanas me contactó alguien así.
La verdad que Fetlife no es un sitio al que le dedique mucho
tiempo. Normalmente lo uso para leer algún debate de esos interesantes que se
dan muy de vez en cuando, pero que normalmente pasan desapercibidos por el
interés general de polemizar o cotillear sobre dimes y diretes de miembros de
la comunidad bedesemera. Todo un “Sálvame”
con entrada gratuita.
En todos los perfiles que tengo en las diferentes redes,
dejo clara mi situación actual y mis intereses, así que alguien que contacta
conmigo debería saber a qué atenerse.
Pero aun así, se decidió a escribirme. Primeros mensajes
bastante habituales y correctos, que poco a poco van dando paso al
“conquistador” que intenta llevarte a su terreno.
Peloteo del fácil, de ese en el que te dicen lo maravilloso
que sería estar a los pies de alguien como tú, alguien que evidentemente no
conocen y en el que su interés no va más allá de lo que cree que puede
conseguir.
Vienen las primeras frases curiosas, esas del tipo “si me
vieras seguro que cambiarias de idea”, porque “gana en persona”. Antes era
Miguel Ángel Silvestre al que le concedería su deseo si fuera ser sometido, pero
ahora mis gustos han evolucionado un tanto… (Maravilloso Negan) Así que esa
posibilidad de llegar y “Besar a la Diosa” sigue siendo bastante complicada.
Y como ve que con esa táctica no consigue mucho, saca al
“sumiso realmente interesado”, ese que te dice que ha leído tu blog (esperando
conseguir todos los puntos del mundo).
Pero claro, ya sabemos qué tipo de entradas atraen a cierto
tipo de mentes limitadas, y de todo el contenido de mi blog, casualmente sólo
se lee esas que estimulan algo más que la neurona.
Esas que le hacen desear mucho más aun ser de alguien como
yo, con mis gustos y mi manera de ser…
… (BLA… BLA… BLA… BLA… Zzzzzzz) …
Y trata de que imagines con él, cómo sería estar a su lado y
lo divinamente bien que lo pasarías…
Pero mi imaginación no da para tanto y
pronto se da cuenta de que por ahí tampoco le funciona la estrategia de
conquista.
Así que llega la tercera parte, esa donde los protagonistas
son mis sumisos. Mis envidiados sumisos.
Esos que tienen que ser muy perfectos
para haber llegado a estar con alguien como yo… Esos por los que se desarrolla
un repentino interés, bueno no realmente en ellos si no en lo que hago con
ellos.
Porque todos sabemos lo interesante y didáctico que puede
ser que te cuenten una sesión con todo lujo de detalles… Nada morboso, solo interés en saber cómo
acercarse más. (Tengo pendiente escribir un post en el que hable de aquellos
que intentan imitar a mis sumisos).
Parece que ninguna de sus tácticas le está funcionando así
que el chico que no es tan tonto y quiere saber donde está metiendo la pata,
probablemente para que no le pase con otra, te pregunta casi afligido sobre qué
opinión tienes de él.
¡Ay! ¡¡Que va a ser verdad que con los años se aprende
algo!!
Sacas a pasear la tonta que llevas dentro y lamentas no
poder opinar, porque no te atreves a tanto en unos cuantos mensajes. (Menos mal
que no me leen la mente).
¿De verdad no te planteas nada con él? ¿Cómo puede ser?
Como nada de lo anterior está funcionando, vamos a la última
parte…
Hacerte olvidar que tienes sumisos.
Está claro que si no le das una oportunidad es porque están
ellos, así que molestan y no sirven para lo que él quiere.
Así que ¿Si no estuvieran ellos?
(Creo que aquí es adecuado resaltar, que cuando alguien se
permite el lujo de decir o menospreciar a quien está conmigo, paso a un modo
casi de ataque en el que no me resulta tan sencillo mantener cierta educación y
no clavar puñales directamente. Modo que algunos que saben leer entre líneas,
reconocen y hasta disfrutan).
De nuevo trata de que imagines como sería todo con él, si no
estuvieran ellos. Lo de estar sola no es una opción, o quizás y mucho mejor
dicho… El no estar con él, no es una opción.
Imaginar un café… Una sesión
¿Cómo puede ser que no te plantees ni tomar un café con él
si no tuvieras sumisos? ¿Qué clase de ofensa es esa? ¿De verdad no hay nada que
te llame nada la atención?
Y llega el único momento de toda esta historia que
“tristemente” llega a su fin en el que
pude darle la razón en algo, ese en el que te dice que te debe estar pareciendo
un autentico gilipollas.
Pues sí, no hizo falta reconocérselo porque ha debido
entenderlo y ha dejado de escribirme.
2 comentarios:
Genial el post. Muy fan de esos momentos en que "muerde".
Me alegra que te haya gustado el post...
Y que seas fan de esos momentos... "aunque no te muerda a ti". ;)
Un saludo.
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