4 mar 2020

Esperando una continuación...


No siempre se puede esperar, y aquellos fríos azulejos de ese viejo portal no tardaron en sentir el calor acumulado de aquellas dos personas que habían entrado en el con tantas ganas.

La puerta aun no se había cerrado y aquel cinturón ya estaba abierto y los botones del pantalón desabrochados. 

No tardaron en estar bajo unas rodillas que se dejaban llevar por la necesidad acumulada. 

Aquel no era el mejor sitio para hacer nada, pero era el primer sitio donde se podía hacer algo, la piel que lo sabía y lo necesitaba ardía por momentos. 

El, lo sentía en la palma de sus manos cuando le di la vuelta para empezar a azotar sus nalgas. El eco del portal hacia que resonaran y lo envolvieran todo.

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