Leía yo estos días en uno de esos sitios de debates
bedesemeros en los que a veces te encuentras uno interesante, un post que
hablaba sobre si en estos momentos donde parece ser que hay una agitación
especial en el mundillo somos más dados a agarrarnos a un “clavo ardiendo”.
Personalmente me cuesta mucho, quizás demasiado, conectar
con alguien. Soy desconfiada de
base, y me doy demasiada prisa para
descartar a según quien.
Frases en las primeras conversaciones como “Quiero ser tuyo”,
“estoy seguro de que soy lo que buscas” o un simple “a tus pies” me hacen
correr en dirección contraria sin dar más oportunidades.
Después, soy de las que necesito ver para creer. Es decir,
una vez que hay cierta conexión y algún interés, necesito ver que esa otra
persona da pasos para que aquello se mantenga.
Y no nos vamos a engañar, realmente es complicado (o al
menos a mi me lo parece) dar con alguien hoy por hoy con el que surja esa “mágica
conexión” desde el primer día, que sepa leer entre líneas y se moleste en
averiguar por si mismo lo que quieres, sin bombardearte con una retahíla de
preguntas absurdas del tipo… ¿Y qué me haría en una sesión? ¡MUY COMPLICADO!
Así que no, siempre he tenido claro que prefería estar sola
a agarrarme a ese clavo ardiendo. Creo incluso que hacerlo podría resultar más
doloroso, ya que al final no tienes esa base necesaria y lo que mal empieza… termina peor.
Tampoco vamos a negar que es difícil estar sólo, no tener a
alguien con quien compartir y sentir. Y ese camino de búsqueda a veces es
frustrante y cansado. Te topas con muchas personas que te desgastan y te quitan
las ganas. Pero tampoco es motivo para liarse la manta a la cabeza y quedarse
con el primero que te ofrezca “sumisión eterna”. Si lo hubiera hecho alguna vez, ahora sí que
tendría una cuadra, una perrera o ¡¡ un zoo entero!!.
Siempre he sabido esperar, y por suerte el tiempo me ha demostrado
que no me equivocaba. Cada minuto invertido con quien ha merecido y merece la
pena, ha tenido y tiene su resultado.
Y aunque pueda pasar más tiempo sola que otras que por el
simple hecho de tener una lista de collares en twitter (Cosas de las nuevas
modas bedesemeras… ) aceptan al primero que se lo soliciten (o les hagan un
ingreso en cuenta), he aprendido a disfrutar también de ese tiempo en soledad y
no me he preocupado en si sería mucho o poco….
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