Aquella cafetería nos había camuflado varias veces. Tiene
algo especial que nos hace sentir cómodos y tranquilos. Siempre hemos podido
hablar libremente sin tener que preocuparnos de oídos externos y cotillas.
Nuestro sitio.
Pero esta vez era diferente… algunas cartas tenían que
ponerse sobre la mesa y tomar alguna decisión.
Todo parecía diferente, aunque aquellas paredes eran las
mismas de siempre.
Sin duda, la única diferencia estaba en nosotros. Expectantes,
nerviosos y también algo preocupados por saber si hacíamos lo adecuado, o no…
Era un sábado mas para todos los que nos rodeaban, refrescos,
cafés, cervezas… Nuestros vasos a penas se consumían. Toda la atención estaba
en lo que en aquel momento más nos interesaba:
Tu y yo… o… más bien…. YO y tu.
Volveremos a esa cafetería, pero ya nunca la veremos de la
misma manera.
2 comentarios:
Como decía Heráclito, no es posible bañarse dos veces en el mismo río.
Que gustazo siempre leerte por aquí.. aunque me de cuenta días despues de que habias dejado un comentario.
Siempre es un honor y un placer...
(Y también un poquito de corte saber que alguien como tu, que sigo y admiro, me lee).
Un abrazo !
Publicar un comentario