19 mar 2023

Carnaval.

 Sigamos con las historias que traen mis repentinas ganas de socializar:

 

Hoy el espacio lo comparten las dos menos buenas, y acabaré esta tanda con alguna positiva, al menos por el momento (que esto puede dar mucho de sí).

En mi anterior post, hablábamos del sumiso “protocolario extremo”.

Vamos a introducir al “educado”.

Y aquí habría varios sub grupos, pero ya necesitaría un post demasiado largo y no tengo intención de que este lo sea.

Pero estoy segura de que sabéis por donde voy. Este tío educado, con buenas formas, no demasiado directo, que sabe alagar, rozando el peloteo

Ese que cuando le compartes la situación que atraviesas dice entenderla y que no forzará nada.

Y comenzamos la división de especímenes:

Con uno casi que te lo crees.

Alguien interesado solo en charla cordial. Hasta que llega el día y sin entender a cuento el tono cambia por completo. Te pone una excusa estúpida (chicos, lo de que el alcohol te suelta la lengua puede ser, pero si sabes que vas a tener ese problema, ahórratelo) y empieza a derivar la conversación por donde ya has aclarado que no quieres que vaya. En ciertos momentos roza lo vulgar y cuando nota que estás cortando en seco, recula.

Lo hace y al día siguiente se disculpa. Quizás algo de verdad haya en eso, pero a ti ya te ha levantado las banderas rojas y estás en modo defensa.

Se retoman las conversaciones banales y educadas hasta que la necesidad vuelve a apretar y ya no tiene reparo en emprender una campaña de acoso y derribo en la que no sabe cómo hacerte entender que lo único que quiere es servirte, sea de la manera que sea.

Todas las opciones van siendo rechazadas una por una, hasta que llega la definitiva. Y es que a veces parece que hay que ser borde y cortante para que alguien se dé cuenta de que está haciendo el más absoluto de los ridículos.

Aquí se me plantea otro debate más profundo, porque obviamente conoces las situaciones de las personas y te hace reflexionar de qué tipo de educación se está trasmitiendo, o si les gustaría que a su entorno se les pusieran delante situaciones tan desagradables como ellos mismos provocan.

Deja de hablarte, e imagino que buscará otra persona para conseguir sus objetivos de la misma y decepcionante manera.

 


 

Vamos a por el segundo:

Ese con el que supuestamente también has tenido charlas anteriores. Y digo supuestamente, porque aunque es cierto que puedo hablar con mucha gente, para ciertas cosas soy más bien discreta y es extraño que no las recuerde.

Todo puede pasar, y es verdad que en esta última temporada mi memoria se ha visto bastante afectada. Pero ya que me vengan con ciertas historias y bagaje pasado… Me mosquea, y más cuando no se ha mantenido ningún tipo de contacto.

Si la charla es correcta, yo no tengo problema en mantenerla. Aquí de nuevo entra el peloteo, y no ese que puedo llegar a usar como mecanismo de defensa (¿otro post de esto?). El que se nota que es gratuito y que no corresponde a nada de lo que tú puedas hacer sentir.

Que no es que no me tenga yo por una divinidad (que no) y que no crea que tengo a cientos de sumisos esperando por una oportunidad (que tampoco), pero oye, que hay cosas que notas que no son ciertas.

Esos “no dejo de pensar en ti” (Cuando te la meneas).

Los “Me muero por estar a tus pies” (Cada vez que te diera la gana).

O los “Haría cualquier cosa por ser tuyo”. (¿Cuánto dices que te falta para terminar el onanismo?).

Si, esas cosas que sólo desprenden lo que desprenden y además intentando disfrazarlas de algo que realmente podría llegar a tener un bonito significado.

Y no cuelan. Ya llevo yo unos cuantos años en esto y me las veo venir. Lo que fácil viene, rara vez funciona y no creo en milagros, a pesar de tener a uno muy cerca.

Cuando ven que esa táctica no resulta, pues de nuevo llega la parte miserable, esa en la que te intentan hacer culpable por no tener un interés que no comprenden como no puede llegar y terminan vomitando su frustración con palabras bastante feas.

 

Esa gente también está ahí fuera. Hablándote de sumisión, de entrega, de sentir y disfrutar, cuando solo están por ellos mismos y por cubrir esas necesidades que no pasan por nada más que no sea lo que ellos quieren.

0 comentarios:

Publicar un comentario