20 oct 2021

“Benedetta”.

Sesión de las 22 30, En los Prados.

Lleva puesto el nuevo juguete.

Recibir un mensaje suyo siempre me provocaba una mezcla extraña de sentimientos. Por un lado me encanta que quiera jugar conmigo, pero por otro siempre me queda el temor de hasta dónde va a querer llegar. 

No me lo pensé mucho, entré en la aplicación de venta de entradas y busqué la película elegida:

“Basada en la historia de una abadesa del siglo XVII que mantuvo una relación lésbica con otra monja”.

No, esto no es una elección casual.

Compro la entrada. Busco el juguete y compruebo que esté bien cargado.

Solo faltaba que por descuido no tuviera batería y no pudiera complacerla. Creo que empiezo a temblar internamente.

Aun me quedan un par de horas. Tengo claro que ha elegido ese juguete por algo, podría darme una ducha y tratar de “aliviarme”.

¡NO, no!. Ella lo sabría. No sé cómo, pero estoy seguro de que lo sabría. Descarto rápido la idea.

Mejor voy a dar una vuelta e intento relajarme.

En mi cabeza parecía una buena idea, pero la realidad es que he ido directo al cine y ahora me toca esperar como un tonto.

Me siento en una cafetería cercana, me distraigo mirando el teléfono. Y el tiempo pasa demasiado lento.

Escucho una risa, juraría que es Ella. ¿Me estoy volviendo loco? Levanto la cabeza y la veo…

Va acompañada de una chica. Creo que es su sumisa.

No sé si alegrarme de que haya una posible distracción o si eso me podrá traer alguna consecuencia extra.

Se sientan en una mesa cercana pero no me dice nada. Ni si quiera me ha saludado. Dudo en si levantarme y hacerlo o seguir quieto.

Parezco tonto. No sé cuánto tiempo he estado pensando pero cuando me decido a levantarme veo que me está mirando.

Su mirada me atraviesa. Creo que ha intuido lo que pretendía hacer y con un gesto me hace saber que no es buena idea.


 

Me quedo sentado intentando no tirarme la bebida por encima y veo que le da algo a la chica que va con ella.

Parece una pequeña bolsa que abre con disimulo. Juraría que se ha sonrojado al verlo. Se levanta y va hacia el aseo.

Su sumisa no me presta ninguna atención. Es probable que ni sepa que estoy ahí y de alguna manera me tranquiliza.

Vuelvo a mirarla. Ella ojea la carta tan tranquila. Nadie diría que ya ha pensado una manera para divertirse. El camarero se le acerca y pide algo que no consigo entender.

La verdad es que me da igual. Me gustaría estar a su lado.

Su sumisa vuelve, Ella le sonríe y se dan un tierno beso.

Otra vez… parezco tonto. Me invade una estúpida sensación de celos que intento sacar de mi cabeza. No debería pensar algo así.

Y de nuevo me topo con su mirada. Parece que esté dentro de mi cabeza y sabe que estoy pensando en lo que no tendría que pensar.

El camarero se dirige a su mesa y les sirve un par de bebidas, y Ella se relaja y deja de atravesarme.

El tiempo ha parecido volar. La hora de la película se acerca.

Recibo un mensaje:

“Deberías ir al baño y ajustarte el juguete. ¿O ya lo llevas puesto?”

Levanto la mirada. Ya se han puesto en pie y se dirigen hacia la entrada del cine.

Me apresuro, voy al baño de la cafetería y coloco aquel dispositivo.

Cuando llego a la entrada del cine veo que ellas ya se dirigen hacia la sala donde se proyecta la película. Como era de esperar, vamos a la misma.

Enseño mi entrada y pongo rumbo a la sala...

0 comentarios:

Publicar un comentario