11 abr 2021

Somos más (¿pero diferentes?)

Leer a lena siempre es un placer. Es muy raro que no coincida con sus reflexiones, pero incluso en las pocas cosas en las que no estoy completamente de acuerdo siempre encuentro un motivo de reflexión y de abrir mis miras hacia cosas que no me había planteado.

En este post que os he dejado enlazado, no hay ningún tipo de desacuerdo, pero a raíz de leerla me ha venido otra reflexión que hoy es la que comparto por aquí.

“No es ahora peor. No es que antes todo el mundo fuera respetuoso y a partir de las 50 Sombras (¿dónde ponemos el punto? ¿En las 50 sombras? ¿En The Secretary? ¿En Historia de O?) se desatara el caos. Esto no es nuevo.

Ahora somos más. Gracias a internet, las redes sociales y el proceso constante de normalización (más o menos) del BDSM y las sexualidades alternativas, somos más.”

 

Efectivamente, somos más. Como he comentado en otras ocasiones, creo que las redes sociales, y el acceso a compartir espacios con más personas puede llegar a ser beneficioso, pero siempre hay una parte negativa y es la que ella refleja en parte de su post.

Eso no ha cambiado. En las historias del chat que comparto en mi blog, hay algunas del chat de ozú, y esas tienen al mínimo 10 años, pero hoy en día, en cada una de mis entradas en irc podría sacar más de un pantallazo parecido.

Pero si algo ha cambiado, y creo sin duda que es algo positivo, es que lo que antes se callaba, ahora se cuenta.

Yo misma he tenido que aguantar más de una vez, cuando he compartido alguna anécdota más o menos afortunada, el típico “con cerrar la conversación o bloquear, es suficiente”. Si, probablemente lo sea, pero haciendo eso también oculto una realidad que lamentablemente solemos aguantar las mismas.

No deja de ser un reflejo de una sociedad que aún tiene mucho que cambiar.

Lo que yo comparto por aquí, no dejan de ser chorradas, que aunque molestas, se me olvidan con facilidad. Pero también hay otras que si llegan a pesar porque me han hecho sentir realmente mal.

Aquí es donde creo que hay un punto necesario de inflexión. 


 

Me parece muy necesario, que personas que han soportado experiencias negativas las compartan y que cosas que no son normales, lo parezcan por no contarlas.

Y me parece necesario hacerlo en todos los roles que formamos parte de esto, porque diría que todos en mayor o menor medida hemos aguantado alguna situación muy desagradable.

Pero antes no se hacía, o no al menos tan públicamente como ahora. Siempre ha habido grupos de confianza donde se podían contar ciertas cosas, pero se quedaban ahí, y se escondía con una cortina de humo por lo que pudiera pasar.

El “poder” de las redes nos facilita que pueda leer el texto de una persona con la que nunca he hablado y conocer su experiencia, e igual que yo puedo hacerlo, también podrá alguien que empieza en esto y que puede tender a normalizar situaciones que no lo son.

Pero también hay que hablar de la parte negativa de esto. Los “jueces de las redes”. Algo que pasa en la parte más vainilla, también pasa en la Bedesemera. Gente que escondida detrás de un perfil se permite con el derecho de juzgar algo que no va con ella, dejándose llevar en la mejor parte de los casos por amiguismos y en la peor por opiniones más bien rancias y carentes de tolerancia y empatía.

En muchos de estos casos, y quizás en el fondo, veo críticas feroces a que las personas cuenten sus experiencias por miedo a revelar realmente quien hay detrás de muchos de esos nicks que llevan mucho tiempo y que tienen cierta notoriedad.

A nadie le gusta que se expongan sus “vergüenzas” y menos si con ello, se impide conseguir nuevas víctimas.

Con esta segunda parte, lo que terminan consiguiendo es crear cierto miedo a que quien vive ciertas cosas, las cuente. Ya que además de enfrentarse de nuevo a su realidad, tendrá que hacerlo con todas esas personas que no estaban allí pero se sienten con el derecho a sentenciar (que no es lo mismo que opinar, y gran parte de la diferencia está precisamente en el tono y las formas que se usan con la persona que está abriéndose).

 

Concluyo el post con algo que también he dicho en bastantes ocasiones:

Las experiencias de los demás también nos aportan a la nuestra propia. Nos dan unas bases donde construirnos nuestro propio camino, pudiendo quedarnos con lo que nos aporta y reflexionando con lo que no tengamos que estar de acuerdo, pero intentando ponernos en el lugar de esa persona.

Así que sí, somos más. Y esto puede ser tan positivo como negativo. Depende de nosotros mismos.

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