24 may 2020

Entrando en polémica.


Llevo varias semanas dándole vueltas a una serie de post sobre los que me apetece escribir. Y aunque voy tomando apuntes y formando textos, no consigo dar con uno concreto que exprese todo lo que me apetecería y menos aun, como me gustaría. 

Así que vamos a dejar que salga sin más y veremos qué pasa. 

A menudo comparto pantallazos de “anécdotas” que me ocurren cuando chateo. Suelen ser las más habituales, imagino que también por el tipo de facilidad que encontramos en un chat, y que al final, te cambias de nick y a otra cosa mariposa. (Lo que algunos no saben, es que hay ciertos programas que reconocen los cambios de nick). Pero lamentablemente estas “anécdotas” suelen ocurrir prácticamente en cualquier lugar.

Y quizás en un principio nos puedan resultar hasta graciosas, porque algunas tienen tela, pero lo que llevan detrás no resulta nada gracioso ni agradable. 

Igual que en tantos otros aspectos, el hecho de ser mujeres nos hace tener que enfrentarnos a ciertas cosas de una manera obligatoria. 

Hablando con mujeres más o menos cercanas de mi entorno bedesemero, no ha habido ninguna que no me haya contado alguna situación desagradable a la que se haya tenido que enfrentar:

Sumisas con o sin Amo, que reciben órdenes de otros Dominantes que se creen con derecho. O proposiciones de otros sumisos para que se hagan Dominantes y se conviertan en sus Amas soñadas… 

Amas a las que otros Dominantes les tratan de convencer de que para ser buenas Amas tienen que ser sumisas primero (aunque ellos en ningún caso han pasado por ello…), o sumisos que nos dan largas listas con lo que tenemos que hacer porque es lo que a ellos les complace… 


 Estos son solo algunos de los mil ejemplos más de la cosificación que nos encontramos a diario por parte del género masculino. La lista es triste y larga. 

Como sé que me lee algún que otro sumiso y Dominante masculino, os invito desde aquí a que nos pongáis ejemplos de situaciones de este tipo a las que os hayáis tenido que enfrentar alguna vez. (Algo me dice que tendremos pocas participaciones).

Cuando comparto alguno de estos momentos, las respuestas que recibo también suelen ser diferentes si vienen de hombres o mujeres. En más de una ocasión, hombres me han dicho que “chatear es lo que tiene” (se les olvida añadir… si eres mujer), o la tan manida “no merece la pena hacer caso, mejor pasar”.

El hecho es que no hay un día que en alguna de mis facetas “publicas”, bien sean redes sociales o chats, no tenga que encontrarme con alguna situación poco agradable que además tiende a ser normalizada.


Y no, no son cosas que tengamos que normalizar, ni permitir. Y mucho menos por todas aquellas que empiezan y tienden a ver estas conductas como algo por lo que tienes que pasar por pertenecer a este mundo.

Reconozco que soy la primera que ante estos comportamientos, suelo despedirme y no dar pie a más, porque mis horas de entretenimiento prefiero usarlas para disfrutar y no para aguantar a estos maleducados, pero no quiere decir que no les de importancia, ni me cansen ni me cabreen…

Y es que a veces, no nos damos cuenta del daño que nos hacemos callándonos y permitiendo que esto pase día sí y día también. 

Probablemente, este sea el primero de una serie de post, en los que vaya concretando mas situaciones a las que estoy expuesta, y espero que (abro mi rincón para quien desee contar sus propias experiencias) a partir de ahora, todas las que nos callamos cierto tipo de situaciones, empecemos a denunciarlas para contribuir con nuestro granito de arena.

¿Cuántas veces hemos leído eso de que el BDSM es un mundo de respeto y educación? Pues me temo que no funciona igual dependiendo del género que tengas.





3 comentarios:

Amowhor dijo...

¿Y lo que disfruto yo con todo esto? Soy malo, lo sé...

AMA ISTHAR dijo...

Lo disfrutas precisamente porque no lo sufres... Estaría bien ver vuestras reacciones con cosas así día a día.

(Y si, eres malo... )

lumia_deRyM dijo...

Buenos días. Gracias por el post. Opino que esto va a costar muchísimo tiempo cambiarlo. El mundo BDSM es un reflejo de la sociedad en que vivimos y los cambios son lentos. Yo a nivel personal he decidido no callarme y exponerlo siempre que pueda. Considero que es la mejor forma que tengo de contribuir a ese cambio.

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