8 jun 2016

Rios, Calores y Afluentes.



¿Y qué pasa cuando se apaga el calor?

Las primeras fases de casi todas las relaciones suelen ser las más intensas, donde más ganas hay de conocer, de saber de exprimir todo lo que puedas de la otra persona.
Pero, ¿Qué pasa cuando notas que esa sensación va desapareciendo? 

Hoy hablaba con alguien (Compi, gracias por esas grandes charlas) de la necesidad de ser siempre honesto con lo que uno siente pero a la vez de lo necesario que es permitirnos a nosotros mismos sentir y disfrutar de lo que nos venga en cada minuto. No siempre podemos estar pensando en lo que pueda llegar a ser ni si quiera en lo que queremos que llegue a ser. Sólo disfrutar del ahora.

Lo malo de las sensaciones es que a veces son buenas y nos llenan y otras, no tanto y nos generan cierta ansiedad y malestar.

Y soy de las que creo que todo pasa por algo, pero aun así no puedo sentirme cómoda conmigo misma cuando noto que algo ya no es como pensé que iba a ser. Me molesta equivocarme, que le voy a hacer. 

A veces, en esos inicios de los que hablaba al principio ves posibilidades en alguien, hay un evidente buen rollo y esto te genera expectativas. Quizás si fuera de las que se lanzan al rio sin saber nadar tendría algo de suerte y no me ahogaría, pero prefiero no solo saber nadar si no enterarme de cómo de profundo es el rio donde voy a meterme…. Y “pongo el freno de mano” para asegurarme de que lo que hago, lo hago lo mejor posible.  

¿Y qué pasa cuando estás en ese proceso de conocer el rio, y sin saber bien como se cruza un afluente que te llama mucho más la atención? 

¡! Problema ¡! 

Una de las soluciones posibles podría ser “bañarte” justo donde se cruzan estos ríos y tendrías dos en uno, pero como no somos expertos nadadores (nunca se es experto en nada) lo más probable es que nos ahoguemos y no podamos disfrutar ni del uno ni del otro. 

Vamos a seguir nadando:

El afluente, ese que apareció por sorpresa y sin saber bien cómo, va ganando terreno al que tú pensabas que era el rio principal y te encuentras más pendiente de él y pq no decirlo, disfrutando de esa complicidad natural que surge y que te saca más de una sonrisa.

No solo los disfrutas, si no que los esperas (un nombre en negrita en una bandeja de entrada...), esperas esas charlas que se han convertido en una buena costumbre y esperas seguir viendo donde te llevara ese camino.

Pero…  ¿y qué pasa con el rio principal?  Que no lleve la misma corriente no quiere decir que no sea igual de interesante, tampoco que no te lleve a ningún sitio y menos que no vayas a disfrutar si navegas en el.

La duda final es:

¿Cómo se nada en dos ríos a la vez?
¿Se podrá o el riesgo de ahogamiento es evidente?
Quizás lo más fácil es alejarse del rio, del afluente y no nadar…


Pero… no me gusta lo fácil

2 comentarios:

Unknown dijo...

Si te gustan dos bikinis.., dejarías de bañarte por no decidirte cual usar?
o seguirias hasta conocer cual se amolda mejor a tu cuerpo? Si es cierto que ante ese dilema, hay quienes optan por usar la parte de arriba de uno y la de abajo de otro.. todo es cuestión de compatibilidades... siempre es mejor un modelo que nos llene al 100%, que una parte de un modelo y otra de otro.

Pero ésta es solo mi humilde opinión.
Un saludo
Lady Anairu

AMA ISTHAR dijo...

Querida amiga:

"A la mierda los bikinis", mejor bañarse en pelotas.

O lo que es lo mismo, mejor sola que mal acompañada.

Besines.

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