20 oct 2019

Plagas


No sé qué ocurre, pero cuando escribo cierto tipo de post, el feedback que recibo por parte de ciertas personas suele ser idéntico.

Algunos sólo se manifiestan para preguntarme si he terminado alguna de mis relaciones.

Están ahí, escondidos en las sombras y cuando en su mente creen ver que hay “crisis” salen intentando ver si pueden pillar algo. Yo diría que hasta se alegran cuando piensan que no tengo sumisos, como si eso fuera a darles alguna oportunidad extra.

Siento no ser partícipe de este “Salvame” que esperan algunos, pero cuando algo ha terminado no lo he anunciado en el blog.  Quien sabe leer entre líneas seguro que ha percibido mi malestar, tristeza… pero nada más.

Y así va a seguir siendo. Lamentablemente para todos aquellos que esperabais un final, no… No lo hay. Es más, creo que es uno de los mejores momentos que he tenido.

Escribir un blog, en cierto modo es abrirse, dejar ver cosas de uno mismo. Pero como con todo sólo comparto lo que me apetece y cuando me apetece. 

Muchas veces mis reflexiones vienen dadas bastante tiempo después de que me ocurra algo. Otras, puedo escribirlas en el momento y publicarlas con semanas de retraso… Así que no siempre los post que publico corresponden con el momento actual. Y a veces, cuando sí que corresponden, sólo las entiende quienes tienen que entenderlas.


Pero… volviendo al inicio, ¿no os parece un poco cutre, sacar la patita sólo cuando creéis ver que algo va mal? 

Debéis pensar que soy tonta y que no me entero, y no digo yo que no…  Pero no suele ser el caso. Soy plenamente consciente cuando alguien viene sólo cuando le interesa. 

Si así creéis que vais a conseguir algo, es que tenéis mucha imaginación. 

De todas formas, estaría genial que aprendierais también algo de esos post donde lo que reflejo es el orgullo de tener a quien tengo a mi lado. De cómo se lo han ganado día a día y quizás (seguramente no… ) podáis entender cómo se llega a estar a mi lado.


0 comentarios:

Publicar un comentario