No sé qué ocurre, pero cuando escribo cierto tipo de post, el
feedback que recibo por parte de ciertas personas suele ser idéntico.
Algunos sólo se manifiestan para preguntarme si he terminado
alguna de mis relaciones.
Están ahí, escondidos en las sombras y cuando en su mente
creen ver que hay “crisis” salen intentando ver si pueden pillar algo. Yo diría
que hasta se alegran cuando piensan que no tengo sumisos, como si eso fuera a
darles alguna oportunidad extra.
Siento no ser partícipe de este “Salvame” que esperan
algunos, pero cuando algo ha terminado no lo he anunciado
en el blog. Quien sabe leer entre líneas
seguro que ha percibido mi malestar, tristeza… pero nada más.
Y así va a seguir siendo. Lamentablemente para todos
aquellos que esperabais un final, no… No lo hay. Es más, creo que es uno de los
mejores momentos que he tenido.
Escribir un blog, en cierto modo es abrirse, dejar ver cosas
de uno mismo. Pero como con todo sólo comparto lo que me apetece y cuando me
apetece.
Muchas veces mis reflexiones vienen dadas bastante tiempo después
de que me ocurra algo. Otras, puedo escribirlas en el momento y publicarlas con
semanas de retraso… Así que no siempre los post que publico corresponden con el
momento actual. Y a veces, cuando sí que corresponden, sólo las entiende
quienes tienen que entenderlas.
Pero… volviendo al inicio, ¿no os parece un poco cutre,
sacar la patita sólo cuando creéis ver que algo va mal?
Debéis pensar que soy tonta y que no me entero, y no digo yo
que no… Pero no suele ser el caso. Soy
plenamente consciente cuando alguien viene sólo cuando le interesa.
Si así creéis que vais a conseguir algo, es que tenéis mucha
imaginación.
De todas formas, estaría genial que aprendierais también
algo de esos post donde lo que reflejo es el orgullo de tener a quien tengo a
mi lado. De cómo se lo han ganado día a día y quizás (seguramente no… ) podáis
entender cómo se llega a estar a mi lado.
0 comentarios:
Publicar un comentario