Rara es la semana en la que no recibo unos cuantos mensajes
en alguno de los sitios en los que estoy registrada.
Últimamente es Fetlife el que se lleva la palma,
irónicamente es una de las redes sociales donde menos participo.
Está el tipo del que te envía sus fantasías:
“Mi deseo y necesidad será complacerla, estar entregado en sumisión a vd. hacerla sentir como su mente controla tanto mi cuerpo como mi modo de actuar y pensar.
Todo si surge a medida que nos conocemos ganamos en complicidad y confianza. Mi cuerpo desnudo será suyo y controlará mi mente
Quedo a su disposición.”
El del tipo “copia y pega” que voy a enviar a toda fémina en la red:
“buenos dias
me gustaria estar a sus pies pies cumpliendo sus ordenes y satifaciendo sus deseos.
¿como puedo hacerlo?”
El del Karma:
“quiero que tu me saques ese lado salvaje que tengo y me enseñe modales de una vez, no se si fue el karma o la casualidad pero aqui estoy para que me domines porque es lo que quiero contigo”
O el que directamente te dice lo que quiere de ti:
“Hola, buenos dias Amaisthar, he venido a su perfil en busca de charla mas que de placer ya que no es necesario el sexo para aprender cosas nuevas...
Por lo tanto mi propuesta es charlar y conocer tu opinion sobre como un sumiso deberia ser, por decir un tema. Otro tema puede ser que cosas deberia empezar a probar...
En resumen cualquier cosa que me pueda aportar me ayudaria muchisimo. Pase un buen dia señorita.”
Todos estos ejemplos son de primeros mensajes, es decir, no hubo antes ningún tipo de comunicación por ningún sitio. Son “su carta de presentación”.
Quizás soy demasiado rápida para descartar personas, quizás puede que me equivoque alguna vez, pero ya hay ciertos mensajes en los que ya leo entre líneas el tipo de sumiso que puede haber detrás y al que no le doy ninguna credibilidad.
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