21 mar 2017

Tengo un sumiso fantasma.



Hace ya unos cuantos meses, un “sumiso” con el que chateaba, en el momento en el que le comenté que no veía posibilidades de nada más que de seguir charlando, supongo que llevado por el cabreo o la frustración me espetó que a saber si mi sumiso era real, ya que no había ninguna foto suya por ningún sitio…

Y efectivamente, no la hay… y el motivo no es que no sea real (con la lata que me da, como para no serlo) más bien es cuestión de necesidades. 

Los que seguís mi blog desde hace tiempo, sabréis que hace años usaron una foto mía para abrir un perfil falso en Badoo, dando mis datos personales y a saber qué cosas más. Desde aquel momento, eliminé cualquier foto de mi cara en las redes sociales (no me había importado ponerla hasta entonces, ya que muchas personas me conocían directamente de eventos). También hice privados todos los perfiles en los diversos foros en los que participo y ahora, cuando subo una foto, además de hacerlo con la pertinente marca de agua, no lo hago del rostro completo. Si es cierto, que quien me ha visto, puede identificarme perfectamente. Vamos… que hago todo lo posible para que “los tristes” no puedan volver a jugármela, dentro de lo que está en mi mano (aun queda la opción de no subir nada… )


 La verdad, es que hasta que le comenté a “mi sumiso fantasma” que esto me había pasado, no nos habíamos parado a hablar del tema fotos… Simplemente, nunca han hecho falta, ni publicas ni privadas. 

Con otros sumisos que he tenido… si que hubo alguna foto, pero como todo (y siempre digo) tiene su momento y las cosas cambian. Ahora, simplemente ni le apetecen, ni me apetecen fotos.

Y esto me lleva a pensar en esa necesidad de exhibir en las diferentes redes sociales a nuestras “propiedades”. Antes, cuando primaba el respeto, estaba de acuerdo en pensar que se podía hacer por orgullo pero ahora, cuando cada vez estoy más convencida de que esto es un triste mercado de carne que solo sirve para aumentar el ego de mucho “cyber necesitado” se me quitan mucho más las ganas de compartirle no solo a él, si no alguna parte de lo que podemos hacer o sentir cuando estamos juntos.

Así que alguno se va a tener que fastidiar, pq hasta mi “sumiso fantasma” es solo para mí.

0 comentarios:

Publicar un comentario