Acabo de tener una de esas conversaciones que terminan por
darme mucha pereza.
Una de esas que siento que he tenido ya más de un millón de
veces y de la que conozco el final.
Una de esas que llevan un “quiero ser tuyo” “quiero servirte”
“quiero…”
Y si, como en esa misma conversación he dicho, lo de querer
está muy bien pero conseguirlo es otra cosa. Y para conseguirlo hay que hacer
algo, además de verlas venir.
Luego ya vinieron los “reproches sesgados” o al menos eso me
pareció cuando mi interlocutor dijo que me costaba “hablar de mis necesidades”.
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Creo que mi gato aquí se asustó con mi carcajada
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En fin, que después de leer como
alguien dice tomarse molestias por hablar conmigo, leer mi blog y pensarme
constantemente me quedo un poco fría al
leer que no hablo de mis necesidades y me pregunto… ¿Qué leches llevo haciendo
tantos años en este blog?
Y yo que pensaba que era bastante
clarita cuando hablo de lo que quiero, espero y necesito.
Es probable que a estas alturas
haya perdido mucha paciencia y quién sabe si también perderé algo bueno por el
camino… pero ya me he cansado de dar pistas y ponerlo fácil porque al final la única
que pierdo el tiempo soy yo, y últimamente me falta mucho como para perderlo.
Y sí, si me lees sabes que esto es
para ti, es más que evidente. Y te preguntarás ¿por qué por aquí y no en otro sitio? Pues
mira… aprovecho nuestra conversación para todos aquellos que dicen querer
conocer mis necesidades y que poco hacen realmente por conocerlas.
Para terminar… si realmente
necesito algo, son hechos y no palabras, que como dice el refrán, esas se las
lleva el viento.
1 comentarios:
Tu como buena egipcia, muchas veces hablas en jeroglíficos, y cuesta pillarte pero sigues siendo una bonita caja china. Compi__
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