1 nov 2016

Hace un momento



Acabo de tener una de esas conversaciones que terminan por darme mucha pereza.

Una de esas que siento que he tenido ya más de un millón de veces y de la que conozco el final.

Una de esas que llevan un “quiero ser tuyo” “quiero servirte” “quiero…”

Y si, como en esa misma conversación he dicho, lo de querer está muy bien pero conseguirlo es otra cosa. Y para conseguirlo hay que hacer algo, además de verlas venir.

Luego ya vinieron los “reproches sesgados” o al menos eso me pareció cuando mi interlocutor dijo que me costaba “hablar de mis necesidades”.

-          Creo que mi gato aquí se asustó con mi carcajada –

En fin, que después de leer como alguien dice tomarse molestias por hablar conmigo, leer mi blog y pensarme constantemente  me quedo un poco fría al leer que no hablo de mis necesidades y me pregunto… ¿Qué leches llevo haciendo tantos años en este blog?

Y yo que pensaba que era bastante clarita cuando hablo de lo que quiero, espero y necesito.

Es probable que a estas alturas haya perdido mucha paciencia y quién sabe si también perderé algo bueno por el camino… pero ya me he cansado de dar pistas y ponerlo fácil porque al final la única que pierdo el tiempo soy yo, y últimamente me falta mucho como para perderlo.

Y sí, si me lees sabes que esto es para ti, es más que evidente. Y te preguntarás  ¿por qué por aquí y no en otro sitio? Pues mira… aprovecho nuestra conversación para todos aquellos que dicen querer conocer mis necesidades y que poco hacen realmente por conocerlas.

Para terminar… si realmente necesito algo, son hechos y no palabras, que como dice el refrán, esas se las lleva el viento.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu como buena egipcia, muchas veces hablas en jeroglíficos, y cuesta pillarte pero sigues siendo una bonita caja china. Compi__

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