12 oct 2016

Guadianas



Cuando ya llevas varios años en esto, es inevitable encontrarte con mucha gente.

Con unos compartirás ratos cibernéticos, con otros risas, con otros algunos debates, y con algunos grandes momentos.

En ocasiones hay personas con las que a lo largo de un tiempo surge cierta cercanía y buen rollo. Hay un contacto más o menos diario y se crea una afinidad tanto personal como bedesemera.

Hay buenas charlas, momentos de compartir experiencias y deseos, conversaciones sobre lo que quizás podría ser un acercamiento… 

Y de repente… esa persona desaparece sin más. 

Muchos pueden ser los motivos, algunos diréis que eran simples pajilleros (yo creo que de estos no tantos, al menos conmigo, pq no creo que mis conversaciones sean propensas para facilitar onanismos), otros que será por inseguridad, por miedo… 

Supongo que esto no me ha pasado a mi sola, pero sólo puedo hablar de lo que yo he sentido en estas ocasiones, que por desgracia han sido varias.

Me he sentido gilipollas… Si, así. Con todas sus letras:

    *  G I L I P O L L A S *

Cuando te tomas tu tiempo en charlar o mejor dicho en conocer a alguien, recibes parte de ese alguien pero de alguna manera también das una parte y ver que algunos no valoran eso, cabrea y mucho.

Y lo siento, pero no entenderé nunca que alguien salga por la puerta de atrás… Sin dar una explicación 

Claro que puedo entender que alguien tenga dudas, miedo o inseguridades pero creo que eso no tiene nada que ver con dar la cara y dar una explicación antes de marcharse, aunque solo sea por el tiempo compartido, por educación y por respeto.


 Y si rizamos un poco más todo esto, llegamos a donde quería:

¡¡ Vuelves a encontrarte con esa persona!!

Algunas veces te dan excusas imbéciles, y les mandas a paseo tan rápido como han llegado.
Y otras veces te dan explicaciones razonables… que aunque no compartas puedes intentar entender.
(En este punto, vuelvo a plantearme lo de ser realmente gilipollas).

Y sin poder explicar realmente como, se vuelve a crear cierta cercanía: nuevas conversaciones, buen rollo, y otros momentos agradables.

Pero... entra en juego una gran amiga:

La Desconfianza

Y si, en esas conversaciones también pueden existir promesas de que algo así no volverá a suceder, incluso puedes llegar a ver cambios en esa persona que te hacen creer que algo es diferente…
Pero quieras o no, no puedes evitar desconfiar de alguna manera.

Y si normalmente para pensar en tener algo mas con alguien, se lo complicas todo lo que puedes y mas para que se gane el estar ahí… con estos “guadianas”  tienes un sentimiento de duda constante, en el que por mucho que pongas pruebas y veas hechos, algo dentro de ti necesita mucho mas.

Y tengo la sensación de que es un sentimiento que no se irá.

Quizás tenga que hacer mío eso de que “ya tuvo su oportunidad” y no pensarlo más. Dar carpetazo a historias de este tipo y no perder el tiempo… Pero si, soy de esas que me como la cabeza y por alguna extraña razón (que desconozco…) creo que aun hay gente buena, que mete la pata y aunque tarde, se da cuenta.

Pero entonces, ¿Cómo llegar a una solución? 

Todos tenemos claro ya a estas alturas que no puedes pensar en tener algo con alguien, cuando tienes dudas, cuando desconfías…  Pero también que no se puede ignorar esa sensación de... ¿Y si…?

Dilemas eternos. ¿Alguien sabe la solución?

5 comentarios:

analia dijo...

Difícil es la solución y menos me atrevería a aventurarme en darla...
Supongo que el dilema entre el corazón y la razón siempre estará en nosotros... pero sean cuales sean las decisiones que se tomen hemos de pensar que eran las correctas, al menos en esos momentos.

un Placer AMAISTHAR

Anónimo dijo...

Creo que de eso todos conocemos bastante, y coincido contigo en que te comes mucho el tarro rebobinando tu comportamiento, para intentar descubrir donde se rompió la cadena y descubres que se rompió del otro lado con una despedida a la francesa, y duele porque pusiste sentimientos ahí, y si te sientes muy gilipollas y lo peor es que no se suele aprender, un beso en tu mano de Compi__

Unknown dijo...

Uhmm Todas tenemos nuestro "guadiana" particular.

Como bien has dicho... si en su momento, no tuvo la Valentía de dar una explicación, que no es necesário complicarse las neuras, un simple y consabida frase tipo:"No eres tu, soy yo" ¿Es ese guadiana merecedor de esa hipotética segunda oportunidad? Para mí no,Porque cada dia me valoro aún más y con ello aumenta mi nivel de exijencia.

Y si...? Y si lo hizo una, las probabilidades de que lo haga otra vez, son altas.

Un saludo

Lady Anairu

Anónimo dijo...

Quizás no sean los adecuados, quizás esté muy alto, quizás parezca inalcanzable, quizás sean locuras las que estoy diciendo

solosualkeento

Anónimo dijo...

Solosualiento

A veces es difícil llegar a conocer a la persona para saber realmente lo que ocurrió, sientes esa espinita clavada que te queda, no sé si es remordimiento u otro sentimiento, esperemos que el tiempo, como buen maestro nos enseñe

Me gusta como escribe

Publicar un comentario