Si… Lo sé, debería haber publicado el martes, pero que
queréis que s diga, tengo que aprovechar los últimos días del verano o más bien
sus noches, y el lunes tocaba fiesta de prao y el martes, concierto en Oviedo
con Los Secretos, Loquillo y ese grupo asturiano que tanto me gusta. Y en el
tiempo “libre” que queda entre fiesta y fiesta hay que descansar y esas otras
cosas obligatorias que son tan poco placenteras.
Como decía en mi twitter… toca pecar.
Pero aun así, no me olvido de mi rincón y de ese intento por
volver a tenerlo bien actualizado.
¿Vamos?
El otro día al escribir mi última entrada y en alguna
conversación posterior a raíz de ella,
pensé en la dificultad que puede implicar llegar a tener una relación de este
tipo o mejor dicho, las dificultades que yo misma puedo crearme.
¿No hay manera de que me conforme con algo fácil? No… No la
hay. Me gusta lo complicado, lo que
cuesta conseguir, no lo que se regala sin apreciarlo. Y en cuanto veo el más mínimo
atisbo de que algo se da sin apreciarlo y movido solo por un interés particular
y concreto, empiezo a aburrirme y lo que es peor: me da grima.
No dudo (o la verdad es que un poco si) de que detrás de
muchos elementos, que a la cuarta frase (y si llegan a la cuarta) te sueltan un
“quiero ser tu sumiso” haya un sumiso “perfecto”
en potencia, al que quizás moldeándolo un poco… pero, es superior a mí. Es
leerlo y tengo ganas de salir corriendo en dirección contraria o soltar una
burrada.
En muchas ocasiones te piden que “les pongas a prueba” y
seguro que muchas están deseando algo tan fácil y ponerse a dar órdenes desde
el primer día para ir “descartando candidatos” pero no es mi caso. A mí me da mucha pereza. Si me siento tan
masoquista como para querer eso, mejor le doy las ordenes a mi querido minino
que seguramente me ignore y no me haga perder el tiempo.
¿Estaré perdiendo el maná? Sinceramente, no lo creo.
Seguramente, en este afán mío por tomarme tiempo en conocer
y en saber quien quiere estar a mí lado (y yo al suyo) termine desperdiciando y
malgastando minutos (horas y días) que más de uno no merece pero no creo que
cambie mi modo de actuar.
Y la razón para no querer algo fácil es sencilla… Yo no soy fácil,
no me iría con cualquiera y, por eso, alguien que se ofrece sin saber quién hay
detrás de un Nick, un perfil o una foto no me merece la pena.
Muchos se sorprenden al leer lo que he tardado en comenzar
una relación, pero para tener algo seguro hay que construir unos cimientos
sólidos… y para ello, hay que saber hacer cimientos, y lo que es más
importante, darle tiempo a la construcción para que sea resistente.
Y como ya habéis leído por aquí en alguna ocasión, para lo
que me interesa:
Tengo todo el tiempo del mundo.
(Al menos que vea falta de interés por la parte contraria, y
le mande a paseo).
3 comentarios:
El que algo quiere, algo le cuesta, además de no hablar de lo insensato de ofrecerse sin saber compatibilidades, y más con cierta dama que ciertamente es bastante cabrona(dicho desde el cariño, in beso en tu mano. Compi_
La esencia es un bien preciado, pequeño y difícil de conseguir.
Cuando algo abunda y es fácil de obtener no se tiene la conciencia de lo realmente valioso que es.
Para buscar una esencia has de conocerla en profundidad, pues de otra manera puedes obtener sucedáneos que poco tienen que ver con lo verdadero.
AMAISTHAR es esencia pura.
Compi_ :
¿Cuanto hemos debatido ya sobre esto, verdad? Y cuantas conversaciones podemos tener pendientes sobre lo mismo.
Poco se valora hoy por hoy la esencia de lo verdadero, y algunos nos perdemos mientras otros hacen ruido.
analia:
Como siempre digo, lo fácil aburre pronto ... O al menos a mi. No me importa invertir el tiempo necesario en saber o conocer a alguien que creo que vale la pena.
Aunque si, en la busqueda de esta esencia, pierdo mucho tiempo y a veces para nada.
Pero todo construye y es lo que importa al final.
Publicar un comentario