De repente su culo ardió. Sus dos nalgas sufrían… sentía una marca palpitante que le recorría de lado a lado.
Tomo aire y agarro la barra de madera con fuerza… pero aquello no era bastante.
Un sin fin de fustazos le marcaban la piel como si de un hierro candente se tratara. Dejo de haber excitación… solo había dolor.
Ajustes forzosos.
Hace 16 horas
2 comentarios:
Con su permiso me gustaria decir que en mi blog tiene un regalito...
Me paso y leo; aunque nunca comento, menudo primer comentario.
Un saludo
UUUUUUUUUFFFFFFFF...
Cuantos recuerdos y cuantas ganas, eh??? ;)
Mil besos cielo
Publicar un comentario