Mírame.
No te muevas.
Así,
que te vea bien.
Ahora,
arrodilla tu boca
hasta pronunciar mi nombre.
Olvida quién fuiste.
A partir de hoy,
debes saber
que sólo existes en mis ojos.
Pura Salceda
El precio de la indulgencia.
Hace 1 día
1 comentarios:
Para mi, para mi???
Di que siiiiiiiiiiiiiii.....
Porfa, porfa, porfa...
Bonitos versos, aunque no soy muy aficionado a la poesía, he de reconocer que vienen al pelo de este gusto nuestro.
Besos
Publicar un comentario