9 dic 2008

Pasajes:

—Toda comedia ha cesado entre nosotros. ¡Ahora va de veras, insensato, despreciable, entregado a mí como un juguete en tu ciega demencia; a mí, orgullosa y llena de caprichos! Has dejado de ser mi bien amado; eres mi esclavo, y puedo disponer de tu vida si me place. Así aprenderás a conocerme. Empezarás por gustar el látigo de mi mano, por capricho, sin haberlo merecido, y así sabrás lo que te espera cuando cometas falta.
Con una gracia salvaje se levantó la manga orlada de armiño y me descargó un latigazo sobre los riñones.
Todo mi cuerpo se estremeció; el látigo había entrado en mi carne como la hoja de un cuchillo.
—¡Ah! ¿Te gusta? —exclamaba ella—. Espera, espera, voy a hacerte aullar como un perro —añadió amenazadora, volviendo a golpearme.
Los golpes llovían, duros y rápidos, con espantosa violencia, sobre mis lomos, mis brazos, mi cuello. Yo apretaba los dientes para no chillar. Una de las veces el látigo me cruzó la cara y la sangre saltó. Ella se echó a reír sin dejar de pegarme.
—Ahora comprendo el placer de poseer a un hombre que ama. ¿Me amas aún? ¡No! ¡Aguarda, que he de desgarrarte! A cada golpe, el placer que experimento aumenta.
¡Todavía un poco más! ¡Chilla, grita! No he de tener piedad.
Por fin se cansó.

-La Venus de las Pieles-
AMA ISTHAR

1 comentarios:

Anónimo dijo...

UUUUFFFF,

Preciosa entrada, tan aterradora como erotizante, se nota que no abandonas nunca el buen gusto que te acompaña.

Me alegro por la parte que nos toca a los lectores ;)

Salu2

Publicar un comentario